El sorpasso de Ramón y Cajal

Al filo de las dos de la madrugada se desveló la incógnita: Santiago Ramón y Cajal se llevó, con los votos del público aún despierto a esa hora, la victoria en El mejor de la historia, superando a la otra finalista, Isabel I la católica. Y decimos lo de aún despierto a esa hora porque su audiencia fue de nuevo mínima, dadas las ínfulas desde La 1 a este “reality”, revestido de glamour, en el cual, como en cualquiera de los otros, los concursantes iban siendo expulsados de la gloria de manera sistemática. Hizo un 6,0 sin poder superar el 6,8 de su estreno y, sí, por encima del irrisorio 3,3 de la anteúltima entrega.  Tercero quedó García Lorca; cuarto, Cervantes –a lo largo del programa nadie mencionó que el premio más importante de la literatura en castellano lleva su nombre–, y quinto, Cristóbal Colón, sin duda lastrado por las protestas en redes por el hecho de competir sin ser español. Sobreactuada Silvia Intxaurrondo; eruditos los defensores de los finalistas y patéticos los tertulianos en plató, más allá de ir jugando a adivinar cuál de los personajes iba a ser el siguiente eliminado.