¿La parada de los monstruos?
Es llover sobre mojado. La vida sin filtro (Telecinco) es un pésimo programa y su responsable, Cristina Tárrega, una mala presentadora que ni tan siquiera sabe interpretar de manera medianamente pasable su rol de que sale al plató sin saber qué va a encontrarse en él. Su postureo, sus lágrimas fingidas y sus mohines son prescindibles. Esta semana, la segunda entrega tampoco llegó a los dos dígitos. Vale. Tenía la Eurocopa de La 1 enfrente y La Voz Kids de Antena 3, pero revisando su programa, nos recordó muy mucho a aquel clásico del cine silente, La parada de los monstruos (Tod Browning, 1932). Porque es lo que podía deducirse tras ver a los invitados del patético show del sábado: el ser más pequeño del mundo con solo 63 centímetros de estatura, la señora que fue a Turquía a operarse los senos y se quedó sin dientes, la esposa que se hizo un by-pass estomacal y se encontró con unas nalgas XXL o la mujer que, queriendo ser una muñeca, lleva ya 35 operaciones de estética en su cuerpo con tres kilos de peso en cada pecho. Francamente, a eso se le llama morbo. Sin filtro alguno.