El hotel de los romances
La verdad es que Cuatro está exprimiendo su First Dates como un verdadero limón. Tampoco nos extraña demasiado. Lo de las citas a ciegas le funciona a la cadena una verdadera barbaridad, de ahí su longevidad en la parrilla. Normalmente, y además a diario, el juntar a parejas, no importa, edad ni condición, en un restaurante, ficticio (los platos los traen de un catering) tiene unos repuntes de audiencias bárbaros. Y fuera de temporada hemos visto las citas en un crucero y, este año, en un resort con todos los lujos posibles por si esa cita, escogida previo y riguroso casting, va a más y en vez de quedar para otro día, como ocurre en el First Dates original, aquí ya tienen la habitación, piscina y spa a disposición de los tortolitos. Su estreno tuvo un éxito que sorprendió incluso a Cuatro, que difícilmente llega a los dos dígitos –12,7–, aunque cabe decir que tampoco tenía ese día excesiva competencia (los hermanos Iglesias haciendo de Manolo y Benito). También cabe decir que buena parte del éxito se debe al incombustible Carlos Sobera, un celestino de gama alta.