Tiempo de decepciones
La televisión y el fútbol tienen muchas cosas en común. Las cadenas fichan programas y series, al igual que los clubes, con la exigencia del rendimiento inmediato. En el futbol este tipo de jugadores comienzan de titulares, pasan después al banquillo y, jornadas después, a la grada, tras no ser convocados y al ostracismo. En la pequeña pantalla, más de lo mismo. Promociones sin descanso, bajas audiencias y, poco después, a un cajón del archivo o al limbo de esa franja maldita de la madrugada donde se agolpan proyectos que pudieron ser y no lo fueron. Ahora le ha tocado el turno a Hit, una serie juvenil de La 1 que no ha cuajado. Los CEO de la pública no han acabado de entender que los tiempos de las triunfales Al salir de clase o Compañeros ya han pasado. Ni tan siquiera aguantarían ahora mismo Física o química o Merlí. A banda de inesperados retornos como Adivina qué hago, han pinchado Jorge Javier o Miki Nadal como sustituto de verano de Dani Mateo en Zapeando. Y los clásicos de Mega se han deshinchado en menos de tres semanas.