Una contrarreloj insufrible

Queremos pensar que todo se debió a compromisos comerciales de RTVE o acuerdos con los principales patrocinadores, porque de lo contrario no nos entra en la cabeza que a algún responsable de la casa, con mando en plaza, decidiese ofrecer íntegra la última etapa, la contrarreloj individual por las calles de Madrid de La Vuelta ciclista a España. Salvo los últimos treinta minutos fueron cerca de cuatro horas de tedio, sin el más mínimo interés que obligaron al personal, incluso los más incondicionales de los aficionados, a cambiar de canal (hizo un pésimo 6,6 cuando en el resto de etapas alcanzó guarismos próximos al 13 o 14) a la espera de ver en acción a los cinco primeros de la general para ver cómo quedaban finalmente en el podio. Monótona, aburrida, con tiempos muertos que lastraban cualquier atisbo de agilidad, el marrón se lo comieron Carlos de Andrés y Perico Delgado que ya no sabían qué decir ni a quien entrevistar. A De Andrés se le acabaron los calificativos de elogio, y mira que tiene, y también las promociones de Broncano y de MasterChef Celebrity.