El fiasco del ‘Benidorm Fest’
El problema del Benidorm Fest, casting sin reparar en gastos, para escoger al representante de RTVE para el siguiente festival de Eurovisión, es que ha nacido, o nació para ser más exactos, con mal pie. Por un lado ninguno de los ganadores de la publicitada gala consigue triunfar más allá de Benidorm, que paga un pastón por acoger la previa festivalera, y por otra, la designación del o los artistas que viajarán a Europa queda en manos de las redes sociales cuyos designios, como los del Señor, son inescrutables. Así las cosas, seguiremos dentro de unos días hinchas expectativas de aspirantes que oscilan entre los más completos desconocidos o veteranos más o menos ilustres, que buscan reverdecer viejos laureles. Luego si, una vez escogidos, como sucede destiempo inmemorial, aparecerán en las quinielas como claros favoritos para, a la hora de la verdad, acabar del puesto vigésimo para abajo. Y otra cosa. Salvo cambios de última hora los candidatos van a cantar en castellano o en inglés. Al catalán, gallego o vasco, por citar otros idiomas, ni están ni se los espera.