La guerra de las exclusivas
Al final, la culpa de la última trifulca entre Pablo Motos y David Broncano por los invitados de El Hormiguero y La Revuelta es siempre de terceros, en este caso de representantes y, al final, de no leerse la letra pequeña, o grande, de los contratos de promoción. Pero dicho esto, lo que sí ha quedado con claridad meridiana es que ambos programas, las audiencias les obligan, se llevan a matar y también eso de “al enemigo, ni agua”. El caso de Jorge Martín, flamante campeón del mundo de MotoGP, obligado a no aparecer en el show de La 1, cuando ya estaba en maquillaje –la entrevista se grabó, pero ya veremos si se emite, o no, algún día– porque ya estaba comprometido, por contrato con Dorna, para esta próxima semana. Esto es solo la punta del iceberg de una guerra soterrada que no lleva camino de tener fin. Motos, teniendo razón, le perdieron las formas. Y la respuesta de Broncano, de nota. A estas alturas resulta, ni ya curioso, sino sorprendente, el caso de Belén Esteban. En el plazo de cuatro días estuvo con los dos, y pulverizó récords de audiencia en ambas presencias.