Sin tregua por Navidad
Lo de que en estas fechas todo es paz, armonía, besos y abrazos queda todo en un tópico, sarcástico si quieren aliñarlo mejor, cuando se ven espectáculos tan lamentables, pero rentabilísimos en audiencia, como el exhibido este lunes en la tercera entrega del especial Bárbara Rey, la verdad. Fue lo más visto de la noche, sí, vapuleando al Grand Prix navideño de La 1, pero había tanta bilis por el suelo del plató que hasta salpicaba el salón de casa. Si en el primero Bárbara le sacudía al emérito, y en el segundo, a su hijo, en este tercero, ya con ella físicamente en el plató, les dio a los dos a conciencia. Siempre como víctima, pero haciendo bueno lo de que la mejor defensa es siempre un buen ataque, se enzarzó con todos y cada uno de los contertulios que acudieron a la llamada de Telecinco, especialmente con Alessandro Lequio con quien tiene cuentas pendientes al que le aplicó la técnica del “y tú más” hasta el punto de que Santi Acosta tuvo que pedir, en un gesto criticable, todo hay que decirlo, que le bajaran el micro y ordenarla callar porque, la verdad, es que no le hacía falta.