Belén, la empoderada
En casa, debo confesarlo, no acabamos de verle las virtudes que, sin duda, atesora un animal televisivo como Belén Esteban. Pero ahí está su tirón popular, en un sector de público muy determinado, pero que cada vez que aparece en un programa la audiencia se dispara. Ya lo escribimos aquí mismo. Fue a finales de año a El Hormiguero y destrozó a su rival de La 1. A la semana se fue a La revuelta y Pablo Motos desapareció del mapa. Ahora ha vuelto a casa Broncano y el espacio ha alcanzado ribetes insospechados desde su entrada en plató con la puya de los presentadores. “¡Qué susto, pensábamos que eran los de Abogados Cristianos!” hasta que se autoinvitó a la boda de Lalachus, bailó con ella e hizo sentar a la colaboradora y al presentador en el sofá, para ponerse ella al frente del programa y preguntarles lo del dinero en cuenta y sus relaciones sexuales en las últimas semanas. Fue un no parar ganando audiencia sin cesar hasta el punto que volvemos a preguntarnos lo mismo. ¿A qué están esperando para ficharla y darle un programa, el que sea, y a triunfar que son dos días?