Los CEO de aquí salivan
La final de la Superbowl lo ha vuelto a hacer. Ganada por los Philadelphia Eagles ante los Kansas City Chiefs, aunque da igual el ganador: récord millonario de audiencia y récord de recaudación en publicidad televisiva, cosa que hace salivar a los CEO de nuestras cadenas, tanto públicas como privadas, imaginando la caja que podrían hacer con un evento similar. Lo malo, como apostilla el amigo Iñaki, que no se pierde una final desde tiempo inmemorial, es que aquí no hay nada que se le pueda comparar. Ni la supercopa vendida a precio de oro a los petrodólares. Háganse una idea: más de 133 millones de espectadores solo en Estados Unidos. Los 25 patrocinadores que emitieron sus anuncios durante el partido pagaron 8 millones de dólares (unos 7,75 millones de euros) por 30 segundos de publicidad, y el récord se lo llevó Apple Music, que se quedó en exclusiva el Half Time Show, que pagó, nada más ni nada menos, 50 millones para ver al rapero Kendrick Lamar, con Trump en la grada y enfrente desplegándose una pancarta pro Palestina. Se desconoce lo que dijo pero puede imaginarse.
