Conductores con WhatsApp

SR. DIRECTOR:

Sube y baja la cabeza repetidas veces. Así es como se ve, desde atrás, la silueta de la cabeza de un conductor/a de un coche cuando atiende el WhatsApp mientras conduce. Detrás, conduciendo una motocicleta, un servidor de ustedes, enfadándose por momentos, mientras el infractor de delante va bajando la cabeza para ver a las flamencas que alguien acaba de escribir al grupo del gimnasio que ultima la hora de la cena del sábado.

Eso me lo encuentro cada día. Dos, tres y cuatro veces en un trayecto que me saldría más a cuenta hacerlo andando, viendo el peligro que circula por nuestras calles. Y claro está, si el de las flamencas con WhatsApp se despista, el agraciado del otro lado tiene muchos números de ser un motorista desprotegido, o peor, un ciclista medio sentenciado, o peor, una anciana con peor pronóstico. Sólo hay que ver el número de atropellos que se publican últimamente en este diario.

¿Educar? ¿Concienciar? Quizás sí, pero temo que eso sólo tiene efecto real cuando alguien es protagonista de un choque que demasiadas veces acaba mal. Mientras, el siguiente conductor volverá a mirar el WhatsApp. O si, no el otro. Pero pasará.

Demasiadas veces me encuentro recriminándoles que utilicen el móvil al pasarles por el lado, despertándoles con el pito cada vez que bajan la cabeza para que la vuelvan a su lugar con cara de no saber qué pasa o modificando la trayectoria porque invaden mi carril. Que alguien me explique qué podemos hacer.