Catalunya, mayoría de edad
SR. DIRECTOR:
Ni Congreso, Parlament, Consejo de Ministros, Govern; discursos, cartas, reuniones, entrevistas, ni nada de nada nos va a servir para llegar a una solución entre Catalunya y España. El problema sólo es uno: la mayoría de edad alcanzada por Catalunya, que exige emancipación definitiva de una España que sólo se justifica a sí misma en su papel de nodriza, primero; y del ejercicio de patria potestad, posterior y permanente, al menos hasta hoy.
Durante estos trescientos últimos años, Catalunya, cuando se ha sentido fuerte y con relativa libertad, ha optado por independizarse de España. Es el sentimiento y voluntad de un pueblo emergente que aspira, como cualquier otro pueblo, a ser él mismo. Quiere ser una nación más de Europa, con sus derechos y obligaciones, como la nación española, no más, pero tampoco menos.
Contra esta voluntad catalana de soberanía se alza España, que la reprime constantemente para que no abandone su lugar y siga al lado del resto de las autonomías españolas. Forman dos líneas paralelas a diferente nivel que nunca se van a encontrar. Eso sí, España tiene la legislación a su favor, pero no puede ahogar la aspiración legítima de más de dos millones de patriotas que claman por la plena identidad de su país, base suficiente para que los pueblos, a lo largo de la historia de la humanidad, hayan obtenido su propia carta de ciudadanía.