Año nuevo, problemas nuevos
SR. DIRECTOR:
Se ha pasado de las felicitaciones navideñas y el año nuevo a la cruda realidad. Una vez pasadas las fiestas perdemos la sonrisa y la amabilidad. Volvemos a ser el antipático ser que éramos antes. Los quilos de más y la pasta de menos nos lleva a sufrir el síndrome del alpinista, sin oxígeno, sin recursos ante el pico Enerest (junto a Septiembrest los picos más duros del calendario). Si algo le pido al nuevo año es que no nos suban mucho los impuestos, todo depende claro de cómo decida vivir la élite privilegiada, de sus voceros y palmeros. También lo más importante, salud para todos y trabajo, el cual no es más el medio para poder traer un trozo de pan a casa. No es mucho pedir, no pedimos viajar en un Falcón, ni vivir en un chalé de lujo, ni unas nóminas estratosféricas; simplemente vivir sin sentir la mano del Estado en nuestra garganta y el peso de los impuestos en nuestros pechos.
Les dejo con unas de mis poesías.
Un peluquín sea negro, rubio o castaño.
Como el solitario que solo pide para este año.
Un alma que no haya en ella engaño.
Para el soñador que solo pide para este año.
Que se cumplan sus sueños vengan de un amigo o un extraño.
Como el mundo que solo pide para este nuevo año.
Ser libre y no pertenecer a ningún rebaño.