Con la esperanza puesta en una nueva etapa
SR. DIRECTOR:
Pasados ya estos días de Navidad, en un año en que las expectativas han sido totalmente diferentes, el inicio de la vacuna contra la Covid-19 nos introduce en un momento de ilusión y espera. En las puertas de este año que vamos a comenzar, todo se tiñe de optimismo. Los humanos necesitamos relajarnos y seguir alentando nuevas esperanzas de retomar esa normalidad a la que estábamos acostumbrados.
Quiero esbozar una sonrisa y dar rienda suelta a mi imaginación, abstrayéndome de todas las penas que hayamos podido vivir, creando en mi mente un futuro donde los días aciagos queden lejos, donde volvamos a esa complicidad con aquellas personas que están en nuestra vida, donde el entorno adverso dé paso a tiempos más benignos...
Una mañana, caminando por la calle, imbuida por ese espíritu que la Navidad ha dejado en mí, era capaz de creer que el esfuerzo ímprobo de la ciencia, en su constante labor, puede reanimar este mundo golpeado y profundamente fustigado por el virus. Me siento agradecida por el trabajo de muchas personas que se han mantenido erguidas, a pesar de las muchas horas de dedicación, ayudando a aquellos que lo han necesitado, estudiando nuevas fórmulas y experimentando para descubrir prontas soluciones ante la pandemia. A todos ellos, la humanidad les debemos un reconocimiento. En una atmósfera teñida de pesimismo y abatimiento, estas personas han sido y son una luz que se alza por encima de las dificultades e incertidumbres, y a la que debemos aferrarnos para abandonar ese paso taciturno que nos ha acompañado día a día y esos hechos estériles con los que nos hemos rodeado. Ahora, más que nunca, hemos de mostrar la cara más complaciente de la realidad, abandonando la zozobra y dejando fluir de forma natural esa confianza que todos tenemos puesta en esos seres creadores, capaces de implementar sistemas de cambio y augurarnos una etapa de recuperación.
Esperemos que con nuestra actitud esta frase se haga realidad:
“Cuando estás agradecido, el miedo desaparece y aparece la abundancia” (Tony Robbins).