¿Ahora os creéis Tarantino?
SR. DIRECTOR:
El otro día viví una situación espeluznante. Desde lejos vi a dos hombres que peleaban por una plaza de aparcamiento. Habían salido de sus coches y se habían enzarzado en un combate a puñetazo limpio. Eran las tres de la tarde y en la calle no había mucha gente. Pero lo más terrible fue cuando algunos acudimos a tratar de poner paz. Al acercarme pude ver que algunas personas, jóvenes principalmente, en lugar de separarles habían decidido sacar sus móviles y estaban grabando la situación. Parecían excitados, incluso disfrutando de la violencia, como ansiosos por compartirlo en sus redes o en sus grupos de WhatsApp.
Esa falta de empatía, esa búsqueda del morbo y ese afán por ser protagonistas en la desdicha de otros me dejó helado el corazón. Al final conseguimos separarles y, por suerte, ninguno resultó herido. Pero algo falla en la sociedad cuando hay gente que, ante la desgracia ajena, decide grabar en lugar de ayudar. Eso sí dejó una herida en mí.