SEPAMOS LA LEY
Violación, ¿una lacra que no cesa?
el verano
ha puesto de actualidad un nuevo binomio: fiesta igual a alcohol, drogas y peligro de violación. La violación grupal es la novedad en el tema. Andan mezclándose erróneamente conceptos sobre machismo, libertad femenina y situaciones objetivas de riesgo al examinar las violaciones. El pasado lunes, Joaquín Luna, columnista de La Vanguardia, se quejaba al comentar el triste episodio de acoso sexual sufrido por una concejal barcelonesa, como hoy se considera patriarcal y, en su consecuencia negativo, acompañar, si es de noche, a una mujer hasta su coche o portal. Nuestra sociedad anda muy confusa en esos importantes temas y se resiste a entender que, seas hombre o mujer, existen situaciones objetivas de peligro o riesgo donde puedes ser víctima.
Los violadores, esos desconocidos:
Solía comentarles a mis alumnos de la Facultad de Derecho, como, en general, los delincuentes no responden al estereotipo que de ellos tenemos. Así, el propietario de un importante local de bebidas nunca puede ser un alcohólico, ni la madame de una casa de prostitución una viciosa del sexo, ni tampoco es habitual que un capo de la droga esté enganchado a la cocaína, si fuere así sus negocios no prosperarían. Algo parecido acontece con los violadores, cuyo perfil es ser mayormente hombres casados y con familia de edades comprendidas entre los 25 y 45 años y sin problemas de empleo o paro. Según la última encuesta del Ministerio de Interior, publicada el pasado mes de julio, en nuestro país se comete una violación cada 8 horas. Los estudios también ponen de manifiesto que el violador no es un enfermo mental y solo en un 20% resulta ser psicópata o afecto a enfermedad psicológica.
La ley aquí y ahora:
Las penas que castigan la violación son graves pudiendo llegar hasta 15 años de cárcel. El Código Penal explica el delito al definirlo como “acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, mediante introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías”. La ley exige para la persecución, denuncia de la persona agraviada, de su representante legal o querella del Ministerio Fiscal cuando la víctima es menor de edad esté necesitada de protección o desvalida. El perdón del ofendido no extingue en estos casos la responsabilidad penal.
Consejo legal
Actuar en prevención con cursillos dirigidos especialmente a los adolescentes, junto a la insistencia de esta cultura en escuelas y colegios, será esta la mejor y más eficaz medida para erradicar de nuestra sociedad situaciones de violación.