Catalunya frente a sus delitos

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña inauguró solemnemente el viernes el inicio del año judicial. Siempre que llega esa fecha tengo un amigo que dice no saber si ello refleja que la justicia se adelanta 2 meses al año natural o por el contrario empieza su anualidad con un retraso de 9 meses. El espectáculo de solemnes togas, collares y condecoraciones resulta deslumbrante. Se esperan siempre dos discursos: el del Presidente del Tribunal Superior, derramando lágrimas amargas sobre las miserias de nuestros medios judiciales y el del Fiscal Jefe que habitualmente nos informa de lo malo y de lo peor. ¿Saben cuáles son hoy los delitos que suben en Cataluña? Aumentamos en delitos de lesiones, daños, usurpación y violencia de género. Éste último con un ascenso del 48%. El único dato positivo es contemplar como homicidios, asesinatos, robos y hurtos disminuyen en un 2%.

La violencia impera

Cataluña otrora pacífica se nos ha vuelto violenta. ¿Las víctimas? Mujeres en primer lugar y el resto de ciudadanos, a continuación, por delitos de lesiones y daños. La usurpación aparece también como protagonista ¿En qué consiste ese delito? Supone siempre violencia e intimidación a las personas y su objetivo es ocupar un inmueble, vivienda o edificio, teniendo otras dos versiones como son la alteración de términos o lindes en pueblos y fincas y la sustracción de aguas de uso público y privado. El Código contempla también otro tipo de sustracciones que son más de ámbito administrativo y a las que no se refería el discurso del Fiscal.

¿Faltan fuerzas policiales?

El sindicato mayoritario en los Mossos d’Esquadra, SAP Fepol, ha lanzado un SOS: en Cataluña faltan 1.400 agentes para garantizar la seguridad ciudadana. Desde 2011 no se han convocado promociones pese a hallarnos en nivel 4 (el máximo es el 5) de alerta antiterrorista. Si no se aprueban presupuestos, no se podrán proveer las 400 nuevas plazas para este año. El panorama delictivo catalán exige refuerzos policiales.

Consejo legal

La seguridad ciudadana es un bien básico cuya consistencia se asemeja a un valioso cristal, que si no lo cuidamos puede quebrar con facilidad. No juguemos con fuego, pónganse los medios necesarios para seguir teniendo el nivel conveniente de seguridad, pues ello será siempre garantía de mayores logros en la convivencia ciudadana.