LIDERAZGO
Cuidando todos los sentidos
Las grandes marcas (¡y muchas pequeñas también!) saben de lo que hablo cuando me refiero al marketing sensorial en el punto de venta. Todas aquellas acciones que nos ayudan a enriquecer la experiencia del cliente externo, factores como la música, una iluminación adecuada, una colocación cuidada del producto, el olor al entrar en el establecimiento, etc. Aquellos elementos que percibimos a través de los sentidos, que realzan el producto y que también se utilizan como anclaje, para que el cliente, entre en la delegación que entre y en cualquier parte del mundo, identifique perfectamente la marca en cuestión.
Ideal. Cuidamos al cliente externo para favorecer su experiencia en el momento de la compra. Y ¿por qué no hacer lo mismo con nuestro cliente interno? También lo queremos fidelizar con el fin de retener su talento, queremos enriquecer su experiencia, queremos que mejore su estado de ánimo para que nos dé lo mejor de sí, y para ello debemos cuidar su lugar de trabajo y seguir seduciéndolo día tras día. Utilizar el marketing sensorial se convierte en un elemento motivador más, favoreciendo días más agradables, estados de ánimo positivos, mejora del clima e invitación a la creatividad, entre otros.
Surge de unos años hacia aquí una nueva generación de trabajadores, con nuevas necesidades que demandan a las empresas. Son trabajadores muy exigentes, y está bien; pienso que la exigencia debe ser bidireccional. De la dirección hacia el trabajador y viceversa. El sueldo hace tiempo que ha dejado de ser el protagonista para dar paso a otras motivaciones (muchas de ellas ya conocidas a través de técnicas de liderazgo) y si además cuidamos detalles como el marketing sensorial en el lugar de trabajo, iremos a por nota. Y para que los trabajadores desarrollen sensaciones que refuercen esta motivación, estados de ánimo potentes, y consecuentemente, mejoremos así su compromiso con nuestra organización, podemos realizar acciones como cuidar todo aquello que tenga que ver con los diferentes sentidos. Algunos ejemplos son, en lo visual, el espacio, el orden de las cosas para favorecer la organización, a través de la luz solar –que es un alimento para nuestro cuerpo–, la combinación de colores con los que vistamos el lugar de trabajo será una herramienta para crear la atmosfera, existen colores relajantes, colores energéticos, colores vivos, colores vinculados con los valores de nuestra marca. En lo auditivo, la música es una de las herramientas que conozco más potentes para generar estados de ánimo, y con ella podemos provocar emociones a nuestros trabajadores, transportándolos a espacios creativos, generando emociones de actividad, de alegría, sensación de pertenencia a través de un himno, o incluso asociar una música a la hora de entrar para llenarles de energía o al finalizar la jornada para una desconexión más placentera. No menos importante es el sentido del olfato, un aroma agradable al entrar en la oficina, existen olores asociados al bienestar, a la felicidad, olores relajantes, e incluso podemos transmitir los valores de la identidad corporativa a través de ellos. También a través del gusto. Podemos asociar algunos de ellos a momentos de bienestar como los descansos, a espacios creativos, acompañándolos con unas galletas con sabor característico, un buen café… ¡Y qué decir del tacto! Cuidarlo con materiales agradables y cierto diseño es también una buena opción.
Además, a través del marketing sensorial, podemos trabajar los valores de nuestra marca, de nuestra organización, con el fin de integrar los mismos a partir de los sentidos. Al fin y al cabo, toda información entra por los sentidos. Demos un paso más.