¡Nos posicionamos en Internet o no hay negocio!

Vivimos en una sociedad donde todos los días se reciben por el medio digital miles de impactos. En Internet disponemos de infinitas webs, tiendas online y una oferta de información que crece a ritmo exponencial. Si a esto, le incorporamos los impactos comunicativos recibidos por otros canales, radio, prensa, televisión... encontramos las personas delante de una nueva problemática, la intoxicación, que dificulta mucho poder ser conscientes y críticos, a consecuencia de la saturación de la información recibida. Ante esto, muchas personas optan por eliminar una parte de la información que reciben, la publicidad. Esta respuesta se da de dos formas. En la primera encontramos usuarios que instalan en sus terminales software que elimina durante la navegación por Internet de la mayor parte de anuncios. La segunda y más frecuente es la capacidad que están desarrollando las personas por ignorar cuando navegan por Internet los anuncios. Así, cada vez resulta más difícil que un elemento publicitario nos sorprenda e interactuar con él, pero sobretodo, que las personas retengan en su memoria los anuncios que han visto. Se da la paradoja que gracias a la revolución digital, ahora las empresas tienen muchas más opciones para llegar y relacionarse con los clientes potenciales, hacerse visibles, pero que esta misma revolución provoca una saturación que nos hace más difícil ser relevantes, y que las acciones realizadas no devengan efímeras en muy poco tiempo. Este hecho, que los usuarios vivimos sin ser conscientes, para las marcas y negocios introduce nuevos retos: ¿cómo podemos conseguir que los clientes potenciales nos encuentren cuando requieren nuestros servicios o productos?

La respuesta a esta cuestión la encontramos en el posicionamiento. El posicionamiento entendido y trabajado en dos vías, que acaban convergiendo. La primera hace referencia al posicionamiento como marca. Ya que ante esta avalancha de oferta y información, disponer de una marca con personalidad propia, que sea capaz de empatizar y tener una experiencia exclusiva y diferente con los clientes es indispensable para ser relevante y fijarse en la memoria. La segunda es el posicionamiento en los buscadores, el que corresponda según la ubicación de nuestros clientes potenciales (Google, Yandex o Baidu). Ya que si con la infoxicación es difícil que ante la necesidad los clientes potenciales se acuerden de nuestra empresa, pretender que se acuerden de una url es misión imposible. Así que, habitualmente, terminarán en el buscador buscando el producto o servicio que ofrecemos, y, en el mejor de los casos nuestra marca. Si queremos competir en los buscadores, es importante, como mínimo, considerar estos tres puntos en la presencia a Internet:

1. El site tiene que estar programado para acoger a nuestros clientes potenciales independientemente del terminal que utilicen (ordenador, smartphone, tableta…).

2. Hay que ofrecer contenidos de interés que inciten al usuario a que, como mínimo, nos dedique dos minutos.

3. Hay que demostrar que somos relevantes y populares, consiguiendo que otros hablen de nosotros.

En conclusión, posicionar nuestra marca y presencia en Internet hoy es clave, pero, además, las tendencias indican que aún será más determinante. Durante años hemos hablado de la importancia de salir en la primera página de Google, esto se dio durante el dominio de los ordenadores en el acceso a Internet. En los últimos años, los smartphones se han convertido en el terminal de referencia, y salir a la primera página ya no es suficiente, hay que salir en las primeras posiciones. Ahora estamos delante de otro gran cambio, la popularización de los asistentes de voz, y aquí ya solo queda una opción, hay que ser la respuesta, hay que ser el primero.