Las jubilaciones y la mochila austriaca

Comentar el futuro de la SS, sobre todo las prestaciones y su máximo exponente, la de jubilación, no es un tema ni baladí ni reiterativo, sino una realidad a la que no se da la importancia que merece, mayormente por las formaciones emergentes. La técnica financiera utilizada para garantizar todo el sistema de la SS es conocida por la de reparto. Se nutre, por una parte de las cotizaciones efectuadas por las empresas y trabajadores, sobre los salarios percibidos y estos ingresos son la base para hacer frente a las prestaciones a las que tienen derecho los beneficiarios y a otros que no han contribuido a su financiación y de ahí surge el principio de solidaridad. Por múltiples causas, se ha producido un desequilibrio entre ingresos y desembolsos. Aquella famosa hucha de pensiones se ha visto desbordada por lo que en lenguaje llano se diría “hemos estirado más el brazo que la manga”. Pensando en voz alta, el Gobierno habrá de completar los desajustes con partidas presupuestarias ajenas al sistema de la SS y los contribuyentes tendrán que arrimar el hombro. No creo que el método laboral del país austriaco pueda ser imitado en España. Sencillamente porque el modelo a importar está basado en pilares económicos y mentalidad diferentes. Es más, su tasa de desempleo ronda alrededor del 4,50%, lo que facilita la movilidad de los trabajadores. Hago mención a ello por la sencilla razón de que algún político ha comentado que, entre las novedades legislativas, podría tener adaptación la llamada mochila austriaca. De forma abreviaba, diremos que consiste en aumentar las cotizaciones sociales a cargo de la empresa y que afectaría a toda la plantilla. Con ello se forma un fondo, garantizado por el Estado a disposición exclusiva del trabajador y que va arrastrando aunque cambie de empresa, ya sea por despido o baja voluntaria y que puede disponer a su antojo o guardarlo como complemento a su pensión. Lo que no se ha dicho es que en Austria no existe indemnización para el despido pero sí el derecho al desempleo. El principio del despido libre choca con los pilares de nuestro ordenamiento laboral. Todo ello me lleva a la conclusión de que cada sociedad debe buscar su propia solución en una materia tan compleja y a la vez polémica, donde se entremezclan intereses sociales, económicos y políticos.