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Formas de matar: homicidio y asesinato

Formas de matar: homicidio y asesinato

Formas de matar: homicidio y asesinato

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Dos formas de muerte, dos maneras de matar. Homicidio, acción consistente en suprimir la vida de otro, mientras que el asesinato, supone un plus de perversidad, como es matar con alevosía es decir, “empleando en la ejecución medios, modos o formas que tiendan directamente a asegurar el éxito de la acción criminal.” El asesinato se comete cuando se verifica el hecho con abuso de superioridad o aprovechando circunstancias de tiempo y lugar. Matar bajo promesa de pago o recompensa o prevaliéndose de la superioridad por sexo o edad son trazos que dibujan también el delito de asesinato.

Agravantes y atenuantes a la circunstancia de matar

Existen determinados hechos que pueden agravar o atenuar la calificación de un episodio de muerte, así, el parentesco resulta la más significativa. El carácter público del culpable, y el aprovecharse de las circunstancias de tiempo y lugar facilitadoras del delito completan el dibujo de un asesinato. El homicidio admite supuestos no intencionales como lo demuestran los múltiples juicios celebrados a diario por imprudencias o negligencias en medicina, construcción u otras responsabilidades profesionales de las que las más habituales suelen ser los delitos cometidos por la conducción de automóviles. Cualquier ciudadano puede, en el decurso de su vida, ser acusado de homicidio no intencional cuando sea negligente en su trabajo y produzca una muerte.

¿Quién juzga las consecuencias de haber provocado una muerte? ¿Jurado o tribunal?

El homicidio, a diferencia del asesinato, en que siempre debe haber un componente intencional, puede cometerse por imprudencia o negligencia, por lo que habitualmente es un juez o tribunal quienes se encargan de su enjuiciamiento. El asesinato resulta siempre competencia de un jurado popular, con la excepción que si simultáneamente se hubieren cometido otros delitos cuya competencia no pertenece al jurado serán entonces competencia exclusiva de tribunales.

Consejo legal

Si usted resulta perjudicado por un homicidio o un asesinato, persónese en las diligencias a través de su abogado o de un abogado de oficio para poder ejercitar así, con máximas garantías, su intervención en todos los trámites del proceso y conseguir la mayor satisfacción para el justo resarcimiento de la víctima. A pesar de que la actualidad apunta solo a los delitos de corrupción, conviene no olvidar que los delitos de sangre con resultado de muerte han sido siempre los de mayor vigencia en nuestro país.

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