Las drogas del sueño

Internet ofrece hoy un variado muestrario de formas y fórmulas para vencer la voluntad de las víctimas en determinados delitos, especialmente si son mujeres. Chicas drogadas, borrachas, sexo en sueño, somnofilia, ilustran el llamado beso del sueño que vive en internet al alcance de adolescentes y perversos. Decenas de blogs, videos y fotos con chicas que mantienen sexo aparentemente borrachas se explicitan en la red. Un delincuente confesaba telefónicamente a un amigo: “No existe mejor experiencia que forzar a una caliente zorra adolescente a través de esas drogas incoloras e inodoras cuyo sabor suele disimularse disuelto en el alcohol”.

Daños colaterales en actitudes no deseadas. El delito de violación mediante el uso de las drogas del sueño apenas es objeto de denuncia al no dejar señales físicas de la agresión pues difícilmente produce lesiones genitales en la víctima, que apenas ofrece resistencia al estar drogada, e incluso muchas veces colabora en el resultado. Algunos expertos hablan de “cloroformo en la red” o abuso de la ketamina. Las drogas del sueño también se emplean en la realización de robos. Italia y algunos países del este vivieron una auténtica oleada de ellos durante los desplazamientos en ferrocarril durante la época turística, pues bastaba conseguir que la víctima aceptara una bebida refrescante, apetecible en verano, para poder ser despojada de todas sus pertenencias.

Un mercado útil para emprendedores positivos. Hoy, ha aparecido en Inglaterra y EEUU un antídoto contra la droga del sueño, su nombre: drink detective. ¿En qué consiste el invento? El nuevo producto es algo tan simple como un pequeño palito que introducido en la copa detecta si esta ha sido manipulada y si contiene cualquiera de las variantes de la droga del sueño. No conozco que exista tal producto en el mercado español, pero estoy convencido que ello puede ser un importante negocio para el emprendedor perspicaz que la introduzca y divulgue entre nuestros jóvenes.

Consejo legal Una copa en la mano, no controlar un vaso imprudentemente, aceptar probar el contenido de copas ajenas puede producir graves efectos en los más jóvenes. Resulta imprescindible conocer y divulgar la existencia creciente de tales sustancias y no menospreciar sus nefastas y, a veces letales consecuencias.