COLABORACIÓN
El Presidente Rajoy en Lleida
DIPUTADO DEL PP
Ahora que la revolución de las sonrisas ya está mostrando su verdadera cara y que el tándem Junqueras-Puigdemont ha decidido purgar hasta un tercio del Govern para evitar que se contagie lo que ya se llama colitis patrimonial, disponer de un comando de valientes consellers dispuestos a traspasar la línea roja y subir al tren que pilota la CUP para chocar, ha llegado la hora de la verdad. ¿Qué hacer para evitarlo? ¿Aceptar todas sus pretensiones y ceder al chantaje?
No será así. Como ha reiterado una y otra vez, al Presidente del Gobierno no se le puede pedir que no cumpla o no haga cumplir la ley. Ni puede, ni quiere. Mariano Rajoy, el Gobierno y el Partido Popular que preside son la garantía de que España no se romperá y la Ley, el Estado de Derecho y la Constitución serán respetados. Por lo tanto, no habrá referéndum.
Resulta grotesco que unos dirigentes tan celosos en preservar su patrimonio personal, que se otorgan la representatividad exclusiva de un pueblo que se la ha negado en las votaciones plebiscitarias del 27-S de 2015, ocultan a ese pueblo las consecuencias de una ruptura, algunas ya reales como la división de la sociedad catalana, otras como las que a continuación se exponen hipotéticas porque la secesión no se va a producir.
1. Estado totalitario y supresión de libertades. La voluntad de diálogo era una máscara para ocultar una apuesta personal y mesiánica a la que el independentismo supedita el interés general. El derecho a decidir, un señuelo para embaucar incautos, se ha transformado en lo que sin tapujos ya se denomina como lo que es: el Derecho a la Autodeterminación.
Referéndum o referéndum, sí o sí, pactado, o no; legal o ilegal. Con votos o sin ellos y, si no hay referéndum, declaración unilateral de independencia por quienes han llegado al Parlament y al Govern de acuerdo con unas leyes y unas normas que luego son los primeros en violar.
Las listas, las amenazas y coacciones a funcionarios, mossos y medios de comunicación marcan la tendencia totalitaria del nuevo Estado, cuya máxima expresión sería convertir el TSJC en un paraguas judicial para garantizar la impunidad a sus promotores y la opresión para todos los demás.
2. Pertenencia a Europa. El Presidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker ha reiterado esta semana lo que ya afirmaron sus antecesores Romano Prodi y Durao Barroso tal y como establece el Tratado de la Unión. Una Catalunya separada de España quedaría automáticamente excluida de la Unión Europea y, para su reincorporación, se requeriría la unanimidad de los 27 Estados Miembros, lo que no es ciertamente probable.
Por lo tanto, no se puede seguir ocultando a nuestros agricultores que, en una Catalunya independiente, se perderían las ayudas de la PAC; nuestros productores tendrían que pagar aranceles que les situarían en desventaja frente a los productores comunitarios y del resto de España y se perderían las restituciones a la exportación.
3. Las pensiones. Catalunya, según los datos de la SS del 2016, gasta en pensiones 23.159 MEUR e ingresa 18.195 al año; es decir, los pensionistas catalanes perciben casi 5.000 MEUR más de lo que cobran y una Catalunya separada solo podría afrontar el pago del 78,5% de lo que perciben sus jubilados.
4. Economía. Catalunya, que es la CCAA que más se ha endeudado con diferencia, dejaría de percibir los 70.000 MEUR que le han permitido a la Generalitat en estos últimos cinco años pagar a los proveedores y financiar la sanidad, la educación y los servicios sociales. La incertidumbre actual ya está pasando factura, porque la inversión extranjera cayó en el tercer trimestre de 2016 un 53% y 2.520 empresas se han deslocalizado en los últimos años.
Desde el punto de vista comercial, el impacto de la secesión sería brutal; porque Catalunya vende al resto de España más que a los restantes 186 países del mundo; por ejemplo, a Aragón más que a Alemania y a Murcia, más que a Estados Unidos.
Catalunya tiene un superávit comercial con el resto de España del orden de 22.000 MEUR, un 10% del PIB catalán. El efecto frontera y los aranceles, como se comprobó en el caso de la separación de Chequia y Eslovaquia, genera una caída del intercambio comercial de entre un 30 y un 60%.
Podríamos seguir enumerando otras muchas consecuencias, algunas tan importantes como las vinculadas a la Defensa y la Seguridad Nacional; pero, en definitiva, el contraste no puede ser más evidente, entre un Govern autodepurado que no cumple la Ley ni es capaz de alcanzar acuerdos en favor del territorio como ha hecho el PNV con el PP y el Gobierno de Rajoy, que con la estabilidad apuntalada, se concentra en crear empleo, garantizar la protección a la ciudadanía catalana con la Ley e inaugurar obras de gobierno como la A-14 y, hoy, el Parador Nacional de El Roser, vital para el Centro Histórico de nuestra ciudad.
Mientras, el PSOE de Pedro Sánchez recupera las políticas de las que hasta el propio ZP se arrepiente, vuelve a la equidistancia con ¡Podemos¡ y excluye al partido más votado por los españoles de una reforma de la Constitución, se inhibe ante el Golpe de Estado de una parte del Estado y abdica de su responsabilidad estatal hasta el día siguiente al 1 de octubre, para cuando el Barça ya esté jugando otro año más la Liga Española de Fútbol.