La restauración del orden constitucional: ¿es que no lo sabíais?

A estos revolucionarios de coche y sueldos

oficiales parece haberles sorprendido que el Gobierno quiera proteger el derecho de todos los ciudadanos españoles. Con la aplicación del artículo 155 de la Constitución para obligar al cumplimiento de la Ley, para recuperar el Estado de Derecho y para restaurar el orden constitucional. Han organizado una revolución en contra del Estado desde una parte del Estado que gobiernan gracias precisamente a esas leyes que ahora atropellan y sustituyen por otra legalidad que no cumple ni las propias normas del Estatut de Autonomia.

Parecen también sorprendidos por las consecuencias de una hipotética independencia. ¿No era el Astut Mesías el que aseguraba que con la independencia los bancos se pelearían por venir? ¿ No era Junqueras, mago de la Economía que dirige la Conselleria del mismo nombre quien afirmaba que ninguna empresa se iría de Catalunya? Pues más de 1.400 ya, los principales bancos huyen despavoridos y los ahorradores retiran sus depósitos ante una posibilidad irreal. Si fuera real, las consecuencias serían ruinosas.

Estos salvapatrias promotores del procés tampoco sabían que una Catalunya independiente quedaría fuera de la UE a pesar de que todos los gobiernos comunitarios se lo han reiterado más de mil veces. La última, en la entrega de los premios Princesa de Asturias en la que los máximos dirigentes de la UE, Tajani, Juncker y Tusk, se expresaron inequívocamente a favor de la integridad territorial de España, como de la de todos los Estados de la UE y a favor de la Constitución y del Imperio de la Ley, que es lo que distingue a los Estados Democráticos de los Estados Totalitarios.

¿Es que alguien en sus cabales puede pensar que la Unión Europea, que agrupa a 28 Estados, que tuvo su origen en el Tratado de Roma de 1956, que se fundó para evitar que se repitieran las dos Guerras Mundiales provocadas por nacionalismos exacerbados y que es hoy el mayor espacio de libertad, justicia, social, prosperidad y bienestar del mundo; estaría dispuesta a suicidarse apoyando un secesionismo desleal y totalitario que podría contagiarse al resto de Europa?

¿Es que no sabíais –sí que lo sabéis porque en privado confesáis “encara no som prous”– que no podéis hablar de un solo pueblo cuando con todas las coacciones y trampas del mundo no llegáis ni a la mitad de los votos? ¿Es que no visteis en la manifestación del 8 de Octubre que habéis partido el pueblo de

Catalunya

en dos y que no se puede gobernar en contra de la mitad de la gente sin producir enormes desgarros? ¿De qué sentimientos habláis? De los vuestros, claro.

¿A cuántos pensionistas queréis seguir engañando? ¿Cómo se puede tapar que las reservas turísticas y la facturación hotelera han caído un 30 por ciento, que más de 4.000 Millones de Euros fueron retirados de las cuentas bancarias catalanas, que fuera de la Unión Europeacerca del 70 por ciento de los productos de Catalunya quedarían sujetos a aranceles y que la ruptura de la legalidad es lo que provoca la fuga de las empresas que quieren seguridad para sus accionistas, clientes y trabajadores y no quieren abandonar el paraguas del BCE?

Son realidades inocultables. Preguntas sin respuesta; si es que no queréis seguir mintiendo obscenamente, como hasta ahora, a los catalanes a quienes nadie ha gobernado tan sectariamente. Probablemente estáis convencidos, como Goebbels, de que una mentira mil veces repetida se puede convertir en verdad. Creíais que con la TV3 per cent, con la doctrina de las escuelas y con el Òmnium y la ANC podríais engañar a todo el mundo. ¿Es que de verdad podéis sostener que estáis a favor de los catalanes cuando habéis entregado Catalunya a la CUP, que ahora como en el 34 pretende abolir la propiedad privada y nacionalizar la banca, los medios de producción y los medios de comunicación? ¿No sabéis que la CUP utiliza la independencia de

como herramienta para la revolución? ¿Es que no veis que Puigdemont es un títere de la CUP, que es quién lo ha puesto?

No, no os esperabais la firmeza del Rey, del Presidente del Gobierno y de los partidos constitucionalistas en defensa de la Constitución, del Estatut y del Estado de Derecho. No os esperabais el apoyo internacional y europeo y no contabais con que las empresas huirían de Catalunya y que muchos de los vuestros se llevarían el dinero para ponerlo a buen recaudo. Pero, sobre todo, no os esperabais que más de un millón de personas con banderas españolas y senyeres inundasen las calles de Barcelona. Habéis separado familias y fragmentado Catalunya, pero todavía qu

eda una oportunidad para no sucumbir a la demencial estrategia del cuanto peor, mejor. ¡Estáis destruyendo Catalunya! ¡¡Aprovechad, por favor, la última oportunidad que, para parar esto, se os brinda en el Senado y no nos hagáis más daño ni os lo hagáis a vosotros!!