VENT DE PONENT
Lo esencial
Fernando Savater citaba el jueves en un acto en la Universidad Autónoma de Barcelona la máxima de San Agustín: en lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad (él dijo diversidad); y en todo, caridad. Es importante pensando en la actualidad política reflexionar en qué es lo esencial y qué es lo dudoso. Y es que algunos seguimos convencidos de las muchas cosas que se pueden mejorar si seguimos unidos. Hemos visto que estamos perdiendo empresas y oportunidades por culpa de lo dudoso del agotado procesismo. Una fase final llena de despropósitos. El día en el que se acabó declarando la independencia, Puigdemont volvió a ejercer de Puigdemont obviando la posibilidad que él tenía de convocar elecciones. Los estudiantes, de manifestación en la calle, cambiaron su destino y ante la Generalitat y en las sedes convergentes montaron un escrache. En las redes sociales sus propios socios empezaron a insultarles con vehemencia. Y se asustaron. Esa mala educación y agresividad pudo con él. Por la tarde el president entraba en el Pleno y no tomó la palabra. El día con el que supuestamente soñaban se quedó sentado en su escaño bajando la cabeza. Inexplicable. Cuando tuvieron que votar lo hicieron suplicando el voto secreto, consiguiendo 70 votos favorables de 135. Hay una diputada de Podemos que dijo reconocer la República catalana. Quizás lo piensa alguno más de los que no quiso mostrar su voto y que ahora busca cambiarse de partido. Luego, siguiendo con el esperpento, Puigdemont viajó a Bruselas para inventarse una realidad paralela que no cuajó en Europa. Sus historias inverosímiles no recibieron la respuesta que él esperaba. Algunos medios extranjeros lo titularon el circo de Puigdemont. Ahora verán a algunos pegando codazos para conseguir un puesto en las listas electorales, y otros desesperados buscando algún partido que les dé cobijo. Con los partidos de siempre no llegará nunca la solución, aunque digan que la buscan. Pronto tendremos unas elecciones como las que pudo con sensatez convocar Puigdemont para abrir una nueva etapa, con urnas transparentes, sin votos dentro al comenzar la jornada, y con un único voto por persona. Y como San Agustín diciendo “si me equivoco, soy”, hay que volver a centrarse en lo esencial.