Inocencia interrumpida

Como cada año por estas fechas, se lleva a cabo el encendido de las luces de Navidad en la mayoría de las poblaciones. Este año, sin embargo habrá municipios donde no habrá iluminación navideña por las calles.

Es el caso de de Linyola, Bellvís o Corbins, por poner algún ejemplo, donde los responsables de los municipios han decidido sumarse a la campaña política propuesta por el diputado de ERC, Joan Tardà, y abrazada entusiásticamente por los autodenominados Comités de Defensa de la República: “Sense llums si no hi ha llibertat”.

En otros casos, como en Alcarràs, sí habrá luces de Navidad en las calles, pero el equipo de gobierno ha decidido no decorar los edificios públicos con motivos navideños.

La oposición, como podrán imaginar, ha sido férrea por parte de las asociaciones de comerciantes, que ven peligrar la campaña de estas fechas y verse aún más perjudicadas por la caída de ventas. Y es que la facturación del mes de octubre cayó un 3,9% en Cataluña, frente al 1,2% del resto de minoristas de España, comparado con las cifras del mismo mes en 2016.

No es el caso de Lleida, que gracias al apoyo de Ciudadanos va a tener luces navideñas, como cada año. Con todo, el encendido de luces no estuvo exento de polémica. Así, tras un maratoniano pleno municipal en el que hubo de todo, se dispuso todo lo necesario para realizar el tradicional acto, que se llevaba a cabo justo en la plaza de la Paeria.

Dicho acto consistía en la colocación de un atril con botón de puesta en marcha de las luces y un pequeño escenario. Tras apretar el botón unos niños y encender la iluminación navideña de toda la plaza y de la Calle Mayor, se pasaba a escuchar villancicos por parte del coro infantil. Una niña interpretaba El cant dels ocells al cello, y posteriormente, ya dentro del Ayuntamiento, se ofrecía una chocolatada con coca para los chavales y las familias. Hasta aquí lo habitual en vísperas navideñas.

Y digo hasta aquí, porque las entidades separatistas de turno, los Comités de Defensa de la República y alguna insigne representante de la Confederació de Comerç decidieron cargarse la ilusión de los pequeños y, no respetando absolutamente nada, se dedicaron a gritar consignas políticas y a reventar las actuaciones con pancartas, lazos y carteles con contenido político.

Imagínense qué escena: por un lado, un escenario donde los niños intentaban hacer la actuación navideña que llevaban tiempo preparando. Por otro, las familias y público que esperaban disfrutar del momento, un cordón policial y, tras él, la banda de vociferantes a grito pelado para intentar apagar la voz de los niños de la coral. Y estos pobres críos, sin entender absolutamente nada… En los dos años que lleva Ciudadanos en el Ayuntamiento de Lleida hemos visto y vivido muchas cosas. Muchas. Pero sin duda, este fue uno de nuestros días más amargos. El día en que la inocencia infantil en época navideña fue interrumpida por los gritos despiadados de quienes, acostumbrados a no respetar las leyes, ahora no respetan ni tradiciones navideñas, ni la ilusión de los más pequeños.