Volver a empezar

Como el título de la película de Garci, en el mundo laboral también son muchos los profesionales de todas las edades y sectores que pueden encontrarse ante la situación de “volver a empezar”. Esto puede deberse tanto a una decisión propia, meditada y planificada, como a decisiones ajenas que mueven fichas, no personas, y sitúan al profesional de nuevo en un mercado saturado, competitivo y que, como en la selección natural, apuesta por los más ágiles y fuertes. Sea cual sea el origen, lo cierto es que lo que puede parecer una amenaza de repente se convierte en una magnífica oportunidad. La vida ofrece nuevas salidas y nos alienta a tomar decisiones que en otro momento por comodidad o por la inercia del día a día, no somos capaces de captar.

¿Por qué no utilizar el talento, el esfuerzo y la ilusión para un proyecto propio? Cierto es que emprender cualquier negocio no es un camino de rosas, también es verdad que no son muchos los apoyos y las ayudas, pero si tenemos claro el qué y el cómo, podemos investigar este apartado. Toda acción emprendedora no está exenta de cierto riesgo, y de la misma forma que existen fracasos también todos tenemos en mente a grandes emprendedores de ayer y hoy que empezaron prácticamente de la nada. El primer paso para emprender es deshacerse de miedos innecesarios, lo único que estos logran es bloquear y frenar la creatividad de llevar adelante cualquier iniciativa laboral. Es importante observar para detectar posibles necesidades no cubiertas, porque lo fundamental es partir de una idea y si esta todavía no existe, realizar el ejercicio de buscar dentro de nosotros o del equipo emprendedor, pero siempre y para hacerlo más efectivo y sin restar ni un ápice de espontaneidad, ayudados por técnicas y métodos existentes que ayuden a generar la creatividad que todos llevamos dentro. Es bueno no descartar de entrada ideas por atrevidas o por alocadas y poco realizables que nos parezcan. ¿Se imaginan si a los creadores de grandes pensamientos les hubieran cortado las alas…? Es más que probable que Jan Koum, creador de WhatsApp, encontrara más de un “no” en su camino, y miren ahora…

Si lo que la persona emprendedora o equipo tienen frente a si es un aluvión de ideas, una vez más utilizaremos el método para valorar cuales son las más factibles. Nunca hay que desechar una idea, guárdenla en la carpeta de “más adelante”, nunca se sabe, no hay ideas malas, solo hay que valorar cuando es el momento de oportunidad.

Una vez se opta por una idea de actividad o de negocio, el paso siguiente sin lugar a duda es desarrollar un plan de empresa bien estructurado, para dar forma y consistencia a la idea. La espontaneidad y la creatividad no sirven de mucho si no van acompañadas de trabajo y planificación.

Analizar el entorno socioeconómico, mercado, competencia y tendencias; realizar un análisis DAFO que permita identificar los posibles puntos débiles, amenazas, fortalezas y oportunidades; elaborar el plan estratégico que determinará objetivos, estrategias y acciones; pensar en los aspectos legales; contemplar la necesidad en recursos humanos; elaborar un plan de viabilidad del futuro negocio a emprender; pensar en el plan de comunicación i márquetin, son de forma muy esquemática algunos de los múltiples aspectos que tendrá que desarrollar de forma minuciosa la persona emprendedora o el equipo emprendedor. Siempre se puede volver a empezar. Recuerde: “Y justo cuando la oruga pensó que era su final, se transformó en mariposa.”