Con “E” de éxito

Probablemente no existen fórmulas mágicas que garanticen el éxito, pero en mi constante estudio sobre el liderazgo, encontré diez conceptos que convergen en la figura de los líderes exitosos.

Enfoque: En fotografía la acción de enfocar es buscar un punto para destacarlo con perfecta nitidez con relación al resto, igualmente el buen líder no puede dispersarse, sino que posee una visión clara de hacia dónde quiere conducir a la organización, toma el control y da forma al futuro para conseguir que aquello acontezca.

Estrategia: Derivada del latín strategia, y de dos términos griegos: stratos, que significa ejército, y agein , que significa guía, es la habilidad del líder para planificar y dirigir acciones para alcanzar la meta conduciendo al grupo.

Educación: Pitágoras decía que era: “Templar el alma para las dificultades de la vida.” Kaoru Ishikawa, en los principios de la calidad, como parte fundamental de la estrategia, afirmaba: “Todo empieza y acaba con la educación.” Saber estar y saber comportarse.

Experiencia: John Locke (1632-1704), filósofo y médico inglés afirmaba que las ideas vienen de la experiencia y que nacemos como tablas rasas. Según Locke, los conocimientos se adquieren con las experiencias. Si añadimos formación y habilidades, tenemos un líder potente.

Empatía: Capacidad de entender los sentimientos y las emociones de otra persona, escuchar, conectar con otros puntos de vista y establecer relaciones desde una actitud positiva. En este caso ser capaces de empatizar con: clientes, equipos, aliados, proveedores…Empatizar para liderar.

Excelencia: El líder exitoso implanta, refuerza y apoya la cultura de la excelencia. Si no existe un compromiso real, su equipo lo percibirá. Se trata de una firme apuesta, y exige entusiasmo, recursos y dedicación. La mejora continua es un cambio cultural que el líder gestionará y fomentará actuando como impulsor y referente.

Ética y elegancia: La primera como el patrón que regula y conduce la conducta. La segunda, una cuestión de actitud. No pueden prevalecer comportamientos basados en relaciones individuales cuando representamos una institución. Una acción poco elegante puede estropear definitivamente relaciones institucionales o romper alianzas estratégicas, por lo que la figura del líder nunca debe dejarse en manos de aficionados.

Eficiencia: Concepto que se puede medir. Liderar de forma eficiente nada tiene que ver con recortes, eso también pertenece a la gestión propia de inexpertos. Los insumos son escasos y limitados, pero es posible optimizar recursos y obtener incluso mejores resultados analizando y mejorando los procesos y reduciendo o minimizando los posibles desperdicios.

Energía: Se precisa para liderar y ejercer de motor motivador que guíe a las personas a la consecución de objetivos. Autoliderarse para liderar. Fundamental el equilibrio del líder en todas las dimensiones: física, psíquica y emocional. Para afrontar retos hay que estar preparados, es una carrera de fondo, créanme que de nada sirve castigar el cuerpo y el alma, nadie se lo agradecerá, probablemente, se fallará a usted mismo. Como oí en cierta ocasión: “Ningún héroe muerto, salva vidas”, dejemos a los superhéroes para el cine y los cómics. Si el líder no se cuida, su energía se resentirá y también lo harán sus proyectos.

Aunque quizás lo mejor de un buen líder son sus valores y como decía Einstein: “Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor.”