Graduados por la Universidad de la Vida

Hablando la semana pasada con Jesús, un empresario de Tafalla. Salieron de él algunos sabios comentarios que me permiten reflexionar sobre si cambian tanto las cosas. Decía Heráclito de Efeso, filósofo griego que defendía el cambio que “todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa”. Y si bien en el mundo laboral su principio es también aplicable, en ocasiones tengo la sensación de que, en lo esencial, las cosas no han cambiado tanto como algunos gurús del management afirman. A los que antes arrancaban un pequeño negocio, ahora les llamamos emprendedores, a la reputación personal branding, ir al café y compartir el día a día con los colegas de otros oficios ahora es hacer networking. Así podríamos enumerar un largo etcétera. Términos del pasado y actuales que se dan la mano y que, aunque puede que signifiquen lo mismo, su actualización es como una potente vacuna capaz de evitar la rutina y con unos efectos secundarios benignos sobre el apetito creativo.

Emprendedores vs. carniceros, mecánicos y otros

En el mundo empresarial hay numerosos ejemplos de empresarios que en Tafalla, Mollerussa, Fraga, Albelda de Iregua, Alhama, Olot, Gijón o en cualquier otro punto, y procedentes de oficios tan dispares –carniceros origen de muchas de las empresas de alimentación actuales, mecánicos que empezaron reparando maquinaria en sus talleres para acabar hoy construyendo líneas automatizadas para industrias de todo el mundo, comerciales que se iniciaron en su oficio como autónomos y hoy dirigen compañías punteras de sus sectores–. Una larga lista de empresarios de antes y de ahora. Unos graduados por la Universidad de la Vida y otros por la del Conocimiento. Aquellas empresas que sean capaces de incorporar a ambos graduados en un mismo espacio laboral tienen el éxito y la continuidad empresarial más que asegurados.

Startups

,

spin-offs

y otras especies

Más allá de las disquisiciones teóricas, el cambio actual en el mundo laboral y empresarial es profundo –lo que se llama en organización un cambio de segundo grado–. Si recuperamos la famosa frase de Heráclito, tal y como se explica vulgarmente, nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. Y siendo más ortodoxos en su traducción, “ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos.” En la difícil travesía de las empresas, respondan estas al concepto de startups, spin-offs o cualquier otro, el secreto para no desaparecer en el río de la economía global es muy sencillo y universal; remar, remar y remar.