COLABORACIÓN
¿Energía cara o sistema ineficiente?
atlas energia
En estos últimos meses estamos viviendo unos incrementos de precios de la energía muy por encima de lo que cualquier previsión racional podía esperar, y la gran pregunta que todo el mundo se hace es si realmente este incremento de la energía responde a criterios 100% objetivos o nos encontramos en una burbuja de precio que beneficia solo a unos respecto a otros.
Pasaremos a explicar las 2 teorías que actualmente están sobre la mesa para posteriormente mirar de dar luz al problema real que, a mi entender, supone tener un sistema de subastas con fijación de precio marginal (la última tecnología que entra en la subasta es la que marca el precio para todas) que ha tenido su sentido en los momentos en que las diferencias de costes de generación entre tecnologías no eran muy grandes, pero que en el periodo actual no tiene ningún sentido.
–Primera teoría: Los precios suben porque todas las comodities suben.
El barril de Brent se ha incrementado en un año por diferentes razones aproximadamente un 60%, el precio del carbón está tocando picos históricos y el gas sube en la misma línea. Estos incrementos, sumados a que el coste de las emisiones de CO2 ha subido de 5 euros la TM de CO2 a 17 euros, provocan que los precios de la energía actuales se hayan incrementado un 20%.
Esta sería la explicación más fría del porque los precios de la energía suben, y con el escenario futuro subirán más si tal como señala la UE los costes de emisiones de CO2 se irán incrementando hasta los 50 euros TM de CO2 en 2030.
–Segunda teoría: Los precios suben debido a una burbuja de precios creada por las grandes eléctricas.
Nadie entiende que con las lluvias que hemos tenido durante el final del primer trimestre y sobretodo el segundo trimestre hayamos tenido los precios que hemos tenido, muy por encima de los mismos precios del año anterior con una situación hidráulica mucho peor. Esto se debe principalmente a que a partir de una situación de pocas reservas de agua en los embalses, todo el agua que hemos tenido ha servido para incrementar de una forma espectacular las reservas, pero las concesionarias de agua no han tenido la necesidad de evacuarla y han podido especular con los precios, cosa que no ocurre en situaciones donde los embalses se encuentran en niveles normales y necesitas evacuar para recoger todas las aguas provenientes de los deshielos (en esos casos se bajan mucho los precios porque se necesita entrar en las subastas y no hay margen a la especulación). Esto es una realidad que el propio sistema contempla. Por tanto, aunque la CNMC haya abierto una investigación al respecto, creo que poco se va a poder hacer, ya que forma parte de las reglas de juego.
Mientras no tengamos una liberalización del sector de la generación real, el 90 % de la generación hidráulica recae en solo dos compañías. Siempre existirá la duda sobre si los precios son reales o son precios que aprovechan determinadas situaciones de mercado. Una vez expuestas las dos teorías, he de decir que las dos son verdad a mi entender, y si es así, el problema se encuentra en el modelo de fijación de precios, es decir, en el modelo de subastas con precio marginal. Este modelo ha podido tener sentido mientras las diferentes tecnologías que entraban en la subasta no tenían costes de generación muy distantes entre si y paso a explicarme: las diferentes tecnologías que generan la energía de todos los consumidores en España son muy diversas y sus costes de generación muy diferentes. Por un lado tenemos las centrales nucleares e hidráulicas, dónde la gran mayoría de ellas están totalmente amortizadas y su coste de producción es pequeño y, por otro lado, tenemos las térmicas y ciclos combinados, dónde su coste de producción depende de los precios del gas, carbón, Brent y costes de las emisiones de CO2. Al incrementarse todos estos costes de forma espectacular, la brecha entre los costes de las diferentes tecnologías se ha abierto mucho, y esto provoca que lo que pagamos por la energía los usuarios y empresas esté por encima de los costes de generación reales que tienen las centrales por producir la energía, debido a que los precios de la subastas se cierran a precio marginal, es decir, que el precio que cobran por generar energía las diferentes tecnologías es el último precio que casa la oferta con la demanda, y si ese precio normalmente lo cierran las tecnologías más caras, que son el carbón y los ciclos combinados, está provocando que las tecnologías como la nuclear y la hidráulica estén ingresando en sus cuentas un dinero superior a los costes de generación, provocando unos beneficios por encima de lo que deberían ser. Este modelo está caduco y es necesario buscar un nuevo modelo dónde, des de mi humilde opinión, debería dejar fuera de la subasta las tecnologías ya amortizadas como la nuclear y la hidráulica y establecer unas rentabilidades adecuadas para estas tecnologías, pero sin participar en este modelo de subastas tan injusta donde compiten tecnologías que nada tienen que ver en sus costes de generación, provocando de esta manera un incremento de costes no ajustado a los costes de generación real, frenando la economía real, que debe competir en un mundo global con unos costes energéticos de los más caros de Europa.