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Esteladas y estrellados

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SEGURAMENTE LES sonarán muchas de las cosas que digo en este artículo. Normal: es una actualización de uno que ya pudieron leer hace unos meses… El fondo del artículo es el mismo. Solo cambiarán las formas. ¿Y qué formas nos referimos? Única y exclusivamente que los tribunales han ratificado todo aquello que les decía en el artículo anterior. Un artículo que hablaba de la apropiación ilegítima de los espacios públicos. Es decir, actuar ilícitamente contra el bien, disponiendo como si fuera el dueño.

Veamos: Sin irnos a la figura penal, las actuaciones que llevan a cabo los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) en Cataluña desde luego se pueden inscribir en lo que coloquialmente definimos como apropiación indebida. Al grito de “Els carrers seran sempre nostres”, los CDR no solo se han apropiado de las calles, sino también de las fachadas de los edificios públicos y privados, del espacio público y del derecho de todos los ciudadanos a moverse libremente dentro de su ciudad o a no verse intimidado por simbología partidista e ideológica ajena.

A la intolerancia y fanatismo de las brigadas del lazo amarillo y de las esteladas se les suma su nulo respeto por el patrimonio público, por las ordenanzas municipales o por el respeto al medio ambiente. Así, invaden nuestra ciudad de plásticos y pintadas que cuestan un sobreesfuerzo para los operarios de la empresa de limpieza y un sobre coste para el presupuesto municipal, ese que pagan todos los vecinos con sus impuestos. Pero no por ello, sus acciones dejan de ser graves. Hemos visto como increpaban a Inés Arrimadas y al resto de diputados de Ciudadanos que la acompañaban en Vic.

En esa ciudad, en las últimas elecciones 2.899 personas votaron a Ciudadanos. 2.899 vecinos fueron insultados y violentados en ese acto. 2.899 personas han visto coartada su libertad y su derecho a escuchar a los representantes públicos que escogieron el 21 de diciembre de 2017. Pero no sólo ha sido ahí; Canet de Mar es otro ejemplo. O Lleida, donde una vez más la sede de Ciudadanos ha sido apedreada con total impunidad el pasado viernes de madrugada. Que alguien nos explique cómo pueden sentirse seguros, respetados y libres de expresar sus ideas estos vecinos que piensan como nosotros.

Que alguien nos explique cómo el Govern del Sr. Torra va a proteger sus derechos cuando su primera medida ha sido colgar de la fachada de la Generalitat el excluyente lazo amarillo. Y que alguien se lo explique a la nueva ministra de política territorial, la Sra. Batet, tan deseosa de reformar la Constitución Española y recuperar los artículos tumbados por el Tribunal Constitucional del Estatut como pago por los votos recibidos en la moción de censura. Un pago que difícilmente satisfará a los separatistas, pero que seguro que dejará a los vecinos de Lleida y al resto del millón cien mil catalanes que votaron a Ciudadanos, porque creen que este partido es el más adecuado para defender la Ley y el Estado de Derecho.

Este trato tampoco nos satisface a los representantes públicos que estamos en las instituciones gracias a ellos. Lleida no es Vic. Ni Canet. Aquí los vecinos tienen garantizado que al menos en las instalaciones municipales no se les atosigue con propaganda amarilla. Ni con esteladas. Y las calles y el mobiliario urbano son limpiados en cuanto se detectan los casos de vandalismo e intolerancia. Y el respeto a la neutralidad del espacio y la administración pública es nuestra norma.

Comicis del 2019

En un año, volverán a haber elecciones municipales. Estos vecinos de Lleida, de Vic, de Canet, de toda Cataluña, pueden tener concejales de Ciudadanos que les representen y les defiendan. Y que hagan que las calles sean de todos, sin que nadie se las apropie de forma indebida. ¿Y saben qué? Que además de los principios, de la responsabilidad moral y de la Constitución, además, tendrán la sentencia del TSJC. Una sentencia que nos da la razón y nos reafirma. Una sentencia que dictamina que el espacio público debe ser neutral, o de lo contrario no es de todos. Esos son nuestros principios. Y los tribunales nos dan la razón. A los de Ciudadanos. Toca luchar por defenderlos.

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