LIDERAZGO
Mentes brillantes
Saben qué hace diferentes a las personas de éxito? Su forma de pensar. El pensamiento es una capacidad que todos tenemos. Lo hacemos en base a la información que recogemos y en este proceso ya somos diferentes. Cada uno de nosotros tenemos una percepción de los hechos, de nuestro entorno, de la información que se encuentra a nuestro alrededor. Los docentes sabemos que explicaremos el mismo tema a 100 alumnos y cada uno de ellos tomará diferentes anotaciones y recordará aspectos distintos de lo hablado en clase.
Cada uno de nosotros, en primer lugar, prestamos atención a hechos que nos interesen en un momento concreto. Cuando estén pensando en comprar un coche, verán muchos modelos circulando como el que hayan elegido… Hay los mismos, solo que ahora les prestan atención. Esta característica condiciona la información que cada uno recogemos acerca de los mismos hechos, pues normalmente, tenemos diferentes intereses. Así en una reunión con varias personas o en una negociación, cada uno percibimos diferente información, pues sin darnos cuenta, la adaptamos a nuestros objetivos.
En segundo lugar, prestaremos atención a aquella información que se adapte a nuestra horma mental. Es decir, si usted es una persona de base lógica, no le interesarán exposiciones largas y descriptivas, sino aquellas que tengan coherencia. Es más, incluso puede que le aburran y desconecte de la conversación. Influye también la experiencia, la historia de vida de cada persona, su cultura, educación, su situación actual, etc. Un marco que condiciona la información percibida, pues los valores, la educación y la experiencia definen en gran medida a una persona. Pueden ver que solo en el primer paso para el pensamiento, la captación de información, ya existen considerables diferencias entre nosotros. Si seguimos profundizando en el pensamiento, el segundo paso es el proceso. Es como resolvemos, como asociamos la información y cómo la analizamos: el razonamiento. Este nos da la capacidad para entender y resolver problemas, que también es distinta para cada uno de nosotros. Es lo que diferenciaría en gran parte, a dos hermanos, con la misma educación y cultura, que toman diferentes caminos.
El razonamiento nos da la capacidad de asociar o enlazar la información, de manera que podemos simplificar la realidad para resolver de manera más eficiente. Nuestro cerebro elabora patrones con la información tanto para resolver ahora, como para almacenarla, pues de esta manera le resultará más fácil localizarla en un futuro. Así funciona nuestra memoria, es lo que se conoce como “tirar del hilo”, con una palabra o hecho nos revive un recuerdo mucho más amplio. Cuanta mayor sea esta capacidad, más datos podemos asociar, por lo que mejor resolveremos. Es dotar de información a los hechos. Documentarlos. Si usted debe valorar una inversión, cuantos más datos pueda incluir en su análisis, menos riesgo de error tendrá. La mente funciona igual. Cuando debe tomar una decisión, utiliza la información que ha ido recogiendo y que ha podido asociarle, de manera que cuantos más datos logre tener en cuenta, mejores serán sus decisiones.
Es como si dos personas deben cruzar un río, y una de ellas sabe a qué altura cruzarlo para llegar a donde le interesa, y el otro sabe además, donde se podría encontrar el puente y el recorrido hasta llegar a su punto de interés. ¿Quién creen que llegaría antes? En cualquier caso, hay dos factores que nos pueden hacer a todos más eficientes mentalmente: la conexión con nuestros objetivos, de manera que nuestra mente no desaproveche cualquier información relevante relacionada con ello que pueda pasar por nuestro lado. Y entrenar nuestra capacidad, pues así enseñaremos a nuestra mente a enlazar cada vez más información, hacer patrones y de esta forma, realizar análisis más eficientes.
Todo ello sin descuidar nuestras emociones, pues como decía Nelson Mandela, una buena cabeza y un buen corazón son siempre una combinación formidable.