Otro tripartit

Ya sabíamos que la moción de censura no iba a salir gratis por mucho que los beneficiarios intenten ocultarlo por todos los medios. Lo que no imaginábamos es los niveles de indignidad a los que el presidente del Gobierno está arrastrando a todos los españoles. La imagen de Pablo Iglesias negociando los PGE en la cárcel para sostener en la Moncloa al infatigable viajero internacional Dr. Cum Laude, provoca un profundo sentimiento de vergüenza.

Tampoco se puede tapar lo que se ve venir. Otro Tripartit, que nos recuerda los dos que tuvimos en Cataluña de infausto recuerdo. Los protagonistas son los mismos con distinto nombre, pero el ámbito territorial y los objetivos son ahora mucho más ambiciosos. El próximo Tripartit en el que Podemos será protagonista y sustituye a IC, pretende nacer en Cataluña, extenderse a toda España y acabar con la Transición, la Constitución, el Rey y la unidad de España.

El ensayo se hizo visible el 17 de agosto en Barcelona con motivo de la manifestación contra la masacre terrorista cometida por el yihadismo. Aquello que debía ser una condena de los crímenes y un apoyo a las víctimas, se convirtió en una auténtica encerrona contra el Rey, contra Mariano Rajoy, y contra el gobierno del Partido Popular. Se les acusaba en los carteles de la venta de arma a los terroristas, la misma que ahora mantiene para no perder la venta de corbetas, el Gobierno del Sr. Sánchez. Y detrás de esa orquesta estaban los separatistas, los populistas de la izquierda radical y los golpistas, que ese mismo día en una reunión fijaban las bases de futuras estrategias. Y ya se ha podido comprobar las distintas fases, que empezaron con la indecente moción de censura que desalojó al Partido más votado por los españoles y ha continuado con esta etapa “dialogante” que no ha conseguido apaciguar los ánimos cada vez más excitados de quienes detectan la debilidad de un Gobierno dispuesto a pagar las exigencias de los socios sean cuales fueren.

Cabe la esperanza de que la sólida arquitectura constitucional que hoy sustenta el Rey y el Poder Judicial sea suficiente para resistir el embate de este nuevo golpe al Estado que se está fraguando ante la complicidad de quienes asumen las conmemoraciones callejeras y otoñales de quienes se adueñan impunemente de los espacios públicos y envían mensajes a Fiscales y Jueces para condicionar su independencia y aceptan chantajes de socios antisistemas.

Pero el separatismo sigue a lo suyo y no cabe olvidar que entre las muchas causas de la escalada del separatismo están los dos Tripartits que se formaron también entonces en contra de la lista más votada y resucitaron a una ERC que estaba moribunda y finalmente contagiaron a lo que antes era una Convergencia que todavía no se había tirado al monte del 3% y la competencia con los republicanos.

Así es como el movimiento resultante de la indecente moción de censura, que se ha transformado en un proyecto encubierto de golpe al Estado confluye con un Prucés que al final de su ruta ha demostrado que ni es pacifista, ni respeta leyes, ni votos. Una encuesta reciente del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat indica que el 66 por ciento de los catalanes se sienten en mayor o menor medida españoles y tan solo un 28,5 por ciento solo catalanes.

Lo que viene a dar la razón al Sr. Tardà y al Sr. Maragall cuando reiteran que no “som prous” una vez se ha constatado que un solo pueblo eran dos, que somos más los que no queremos romper y que los que quieren hacerlo no pueden estar más peleados. Y es que las rupturas son malas para todos como ya detectan los británicos que se arrepienten del Brexit y quieren convocar otro referéndum. Dato que ha señalado ayer en el Congreso el Sr. Sánchez pero que Pablo Casado, en medio de una memorable intervención, señaló como una de las muchas contradicciones del okupa de La Moncloa, porque no se puede criticar el Brexit y asociarse aquí con los que quieren el CATEXIT.