PERSONAS Y ORGANIZACIONES
La hipótesis de las dos vidas: familiar y laboral
Nunca he creído que a las personas que trabajamos y tenemos familia se nos haya otorgado el privilegio de tener dos vidas, al menos yo no he conocido a nadie que en el sorteo “vita-laboral” haya resultado agraciado con tal premio. Lo único relevante es que en nuestra doble condición de miembros de una empresa y de una familia, ambas aporten valor a cada una de las dos supuestas vidas y den como resultado una que, aunque única, sea satisfactoria y alejada de la primera maldición bíblica que nos condenaba a todos a ganarnos el pan –ahora la segunda también incluye el agua–, con el sudor de nuestra frente.
Balance individual vs. organizacional
Al analizar la información sobre los resultados de la conciliación de las supuestas vidas familiar y laboral, incluso la de aquellos autores que van más allá y añaden una tercera vida, la individual, todos hacen referencia a las ventajas que supone para cada una de las partes. Para el trabajador, aumentando su calidad de vida fomentando la corresponsabilidad. Para la empresa, mejorando el clima laboral reduciendo el absentismo. Aunque nadie contabiliza en una misma cuenta del haber todas esas ventajas. De hacerlo, arrojarían un balance con unos resultados extraordinarios que beneficiaría a la mayor sociedad anónima que, aunque no tiene NIF, es la única a la que estamos afiliados todos. Apostar por la conciliación, clasificar y contabilizar las ventajas que supone para todos y no para cada parte, es facilitar la implantación de medidas conciliadoras. No hacerlo o pensar sólo en aquello que se beneficia cada una de las partes es impedir avanzar en la calidad de vida de todos.
De Islandia a nuestro país. Autorrealización y excelencia
Las normas de conciliación dan por resultado la autorrealización personal y son una oportunidad de avanzar en el camino hacia la excelencia para las empresas. Si algún empresario no está convencido de que estas medidas suponen una mejora para todos, que espere y verá como el cambio climático provocado por la temperatura laboral le va a hacer retroceder a la etapa de las cavernas.
Y es que en las sociedades más avanzadas, el poder está en su gente. Buena demostración de ello es el Kvennafrí o día libre celebrado esta semana en Islandia, lugar donde las mujeres decidieron apagar el ordenador, durante dos horas, antes de finalizar la jornada, ajustando, de esta manera, el reloj horario al salarial.