LIDERAZGO
Liderar conscientemente
A veces actuamos de una determinada manera y no nos sentimos bien con lo que hemos hecho o con lo que hemos decidido. A veces estamos en un proyecto nuevo y nos preguntamos si eso es lo que debíamos hacer o no, si nos hemos equivocado o no. Otras veces, terminamos nuestro día y nos preguntamos qué hemos estado haciendo. ¿Qué hay detrás de todas estas situaciones? Pues me atrevo a decir que posiblemente no tengamos definido cuál es nuestro propósito.
Desde la más profunda humildad, opino que muchas veces actuamos sin habernos planteado previamente cuál es nuestro propósito, nuestra motivación, nuestro sueño y deseo. El propósito es la intención o el ánimo de hacer o dejar de hacer algo; es lo que nos muestra el “para qué” de alguna acción que realizamos. Y, sobre todo, el propósito otorga sentido a la vida, al proyecto, a las acciones... Es el motor, la estrella que nos guía.
En esta línea, creo que es clave conocer y hacernos conscientes de cuál es nuestro propósito, ya que nos servirá para ordenar nuestra vida, nuestra empresa, nuestro proyecto, y sobre todo para dar significado y coherencia a nuestras acciones, en definitiva, será la razón que nos llevará a actuar de una manera determinada y coherente con nosotros mismos.
Alguien pensará “¡por supuesto! ¡Es una obviedad!” Es verdad, pero tener claro cuál es nuestro propósito no es fácil ya que vivimos limitados por inmensidad de pautas que cumplir, obligaciones y trámites que no elegimos realmente sino que nos vienen impuestas por el hecho de vivir en una sociedad con otras personas.
Para la psicología, encontrar un propósito en nuestra vida es lo que nos permite dejar atrás posibles traumas, llegando a ser la fuerza que nos permite seguir adelante y no sentirnos vacíos. Cuando una persona tiene un propósito, su vida se llena de sentimientos positivos, ya que la energía se canaliza hacia eso y se dejan aparte distracciones, miedos, etc.
Desde el liderazgo en las organizaciones se hace imprescindible trabajar este propósito, y responder a las preguntas: ¿cuál es el de la organización? ¿Cuál es el mío como líder? ¿Cuál es el de mi equipo? La primera pregunta nos llevará a definir la misión de la organización, el para qué existe y qué valor aporta. La segunda pregunta ayudará a la persona que lidera la organización a definir su rol, su aportación profesional y personal. Y la tercera pregunta aportará una visión del equipo que forma la organización para ver si sus propósitos son coherentes con los de la organización, y para ayudarles a encontrar el sentido de su aportación.
Una vez se ha definido el propósito, podemos entrar a marcar objetivos estratégicos, ejecutivos, y valores, es decir metas concretas para caminar hacia el primero con paso firme, y valores que nos llevarán a hacerlo de una manera concreta, teniendo en cuenta una filosofía de actuación común que identificará a todo el equipo.
Las personas y organizaciones que tienen muy claro cuál es el propósito que las mueve, que han dedicado un tiempo a definir y escribirlo, y, sobre todo, qué es lo primero que han hecho antes de definir los objetivos estratégicos, antes de proponer su plan de acciones y, incluso, antes de descubrir qué valores los definen, tienen más éxito que las que no lo tienen.
¿Lideras una organización? ¿Lideras tu vida? Entonces, ¿cuál es tu propósito? ¿Cuál es el de tu organización? ¿Cuál es el de tu rol? Definirlo y escribirlo es un ejercicio muy enriquecedor para liderar con plena consciencia.