El chiringuito

En la última semana hemos conocido la creación de varios chiringuitos dentro de esa agencia de colocación descarada que tiene el llamado Procés. Se trata de una repartidora de cargos y enchufados insaciable. De hecho es complicado recordarlos todos. Los últimos son los que denominan Consell Impulsor del debate constituyente, otra formación llamada La Crida y la última El Consell Assessor per a la República, ente mutado porque hasta hace poco era “de la República”. En fin, una perfecta infatigable agencia de colocación. En unos han contratado a exdiputados sin escaño en la actualidad, y a quienes han abandonado sus formaciones y vagan errantes sin encontrar puerto en otros partidos. Todos son fieles palmeros, aduladores y agitadores sociales, algunos con parientes bien ubicados, y así, por unos motivos o por otros, los nombrarán directores de algo, otros serán asesores de su lisérgica transición, o miembros coordinadores de lo que sea, pero en definitiva quedarán colocados para seguir dando la matraca. Y la vida sigue a pesar de sus fracasos, así que esta semana conocíamos la expulsión de Convergencia del partido liberal europeo ALDE. Ya están fuera. Y es que hay mucha gente en Europa que está muy cansada de un partido corrupto que ha mostrado muy poco respeto por el Estado de derecho, que es un principio básico del liberalismo.

Así que los autores de El mundo nos mira, ven cómo Ciudadanos se queda en ese grupo europeo que seguirá creciendo. Aun cambiando de nombre en Europa no tienen sitio. Y además esta semana hemos visto que entre la guerra silenciosa y conspiradora entre ERC y Convergencia, y los que dicen no estar ni con unos ni con los otros, se publican encuestas que agitan más el panorama. Se trata de la misma que vaticinaba 24 diputados a Ciudadanos cuando acabó obteniendo 36. Ahora le dan 31, así que he recordado la época en la que era habitual llevar como deberes a casa las reglas de tres. Encuestas al margen, lo que importa de verdad son los hechos. En Europa dan calabazas al Procés, y los separatistas en lugar de ponerse a trabajar se ponen a colocar amiguetes. ¿No les parece ya suficiente como para dejar de engañar a la ciudadanía con sus fabulaciones y ocuparse de los problemas reales?