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Es el Brexit, idiotas

Diputado por Lleida del Partido Popular

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“La República no existe idiota”. La espontánea declaración con la que un Mosso intentaba disuadir a un manifestante ha causado un gran disgusto en las huestes soberanistas que se han sentido ridiculizadas al quedar al descubierto la realidad. Probablemente recordarle al fervoroso republicano separatista que fue precisamente la República a la que tanto añora, la que en 1934 condenó por rebelión a 30 años de cárcel al Presidente de la Generalitat Lluís Companys y al resto del Govern no hubiera tenido la demoledora repercusión y eficacia que la elocuente descripción de la realidad del Mosso.

Pero hay que recordar que si la desobediencia de leyes, el desacato de sentencias y hechos del 6 y 7 de septiembre, la proclamación de la República Independiente de Cataluña del 1-O y la consiguiente separación de una parte del territorio español, en contra de lo establecido en la Constitución para unos hechos, similares a los que fueron condenados en 1934, no son delito. ¿Es que no ha ocurrido nada?

¿En nombre de quiénes hablan los que se otorgan la representatividad de “un sol poble” cuando más de la mitad de los catalanes nos sentimos también españoles y la otra mitad no puede estar más dividida? ¿A quién pretenden engañar el mayordomo de Puigdemont, como se le conoce a Torra en círculos comunitarios, cuando presume la unidad de acción de un separatismo que se pelea a navajazo limpio y vuelve de Waterloo con un nuevo partido, la Crida, para dividir más a lo que hay?

En enero de hace tres años, terminó el viaje a Ítaca de Artur Mas y tuvo lugar la investidura de Puigdemont, que no fue elegido en las urnas y que era el candidato que respaldó la CUP, que desde entonces viene orientando el norte de la política catalana. El destino de ambos ya es conocido, el de Torra que tampoco salió de las urnas, es previsible. La fantasía, los sueños imaginarios siguen prevaleciendo sobre la realidad y estamos en un callejón sin salida. Ni guerra ni paz.

Este desprecio por la realidad en el que se ha convertido la política catalana y la española en su conjunto es lo que explica las reacciones electorales que estamos viendo. La gente corriente se ha rebelado y nos sorprende con resultados, en Andalucía, sin ir más lejos, en la que se ha votado en clave española y que según se desprende de todos los sondeos electorales que no son cocinados por Tezanos, se extenderán al resto de España.

Y es que es demasiado evidente la falta de realismo del Govern de la Generalitat y del Gobierno socialista de los 84 diputados. El de aquí gobernado a distancia por un prófugo que no deja de sorprendernos, recurriendo ante el tan denostado TC, contra el Parlament, o bien declarando las prioridades que tendría por Rusia una Cataluña independiente. Y el pilotado por Sánchez, que sigue impartiendo conferencias doctorales por el universo, a lo que digan y más en vísperas presupuestarias los herederos de ETA, los golpistas separatistas y los amigos de Maduro.

Y ambos, dos, Sánchez y Torra, confiando el futuro en sendas delegaciones, y mesas sucesivas de diálogo para dialogar, con un objetivo común, durar el máximo posible, aunque sea al frente de dos gobiernos que son un berenjenal y con unos presupuestos para lo que los dos se necesitan, en que lo único cierto es que nos traerán más gasto, más impuestos, menos crecimiento y menos empleo.

En este mes, el Partido Popular ha reafirmado su unidad en torno al liderazgo de Pablo Casado en una Convención que ha sido todo un ejercicio de autoestima de este gran partido que ha gobernado España dos veces, la ha sacado de la crisis económica y que es la mayor garantía para la defensa de la Constitución y de la unidad de España. Y se cierra el mes con la incertidumbre en torno al Brexit. En una reciente y solvente encuesta se dice que los partidarios ahora de mantenerse en la Unión Europea serían del 54 por ciento frente al 46 por ciento que son contrarios, que el país se ha empobrecido y está más dividido que nunca. Esto es el Brexit, idiotas, como diría el Mosso citado.

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