COLABORACIÓN
Davos 2019: debate sobre la globalización
Profesor de ESADE Business&Law School
El 49º Foro de Davos reunido los días 21 al 25 de enero fue un marco privilegiado para debatir y hacer una radiografía de la compleja situación política y económica mundial. El tema escogido por los organizadores fue la Globalización 4.0.
a) La cita anual quedó marcada por las ausencias de Donald Trump, Theresa May y Emmanuel Macron, que afrontaban problemas domésticos. Tampoco estuvieron Xi Jinping, Justin Trudeau y otros líderes que prefirieron esta vez no acudir a Davos. Si participaron Angela Merkel y Shinzo Abe, las principales voces favorables al multilateralismo y la cooperación internacional frente al resurgir del proteccionismo económico y populista que va enturbiando el panorama internacional. Un signo de los nuevos tiempos: el protagonismo de Jair Bolsonaro, que abrió las intervenciones públicas en Davos. b) La Globalización entró en entredicho a partir de la crisis financiera de 2008. Una crisis de los países avanzados aprovechada por China para dar el gran salto para convertirse en una potencia mundial. EEUU intenta frenar el desarrollo industrial y tecnológico chino. Pero Trump actúa tarde y con una estrategia no compartida con sus aliados tradicionales. China ya está activa en todos los mercados mundiales. Y el consumo interno de sus 1.350 millones de habitantes es el principal motor económico. c) La Globalización está en una confusa fase de reconfiguración. El sistema de capitalismo global que lideró EEUU durante siete décadas podría quebrarse y abrirse una peligrosa fase de mayor división y desorden mundial. Trump debilita las instituciones internacionales multilaterales cuando son más necesarias para responder a los acelerados cambios tecnológicos, climáticos y demográficos. Existen el conocimiento y las tecnologías para crear un nuevo marco de bienestar común que corrija las desigualdades económicas y sociales. Pero faltan liderazgos y voluntad política. La America first está renunciando a ejercer el liderazgo mundial. Un vacío que cubrirán China y Rusia, que pregonan modelos de gobernanza contrarios o restrictivos al ejercicio de los derechos y libertades fundamentales.d) El FMI rebajó la previsión de un crecimiento global hasta el 3,5% en 2019, que podría desacelerarse aún más en función de cómo evolucionan las negociaciones comerciales entre Washington y Pekín y de cómo se cierre el Brexit. Christine Lagarde alertó en Davos sobre el menor margen de maniobra de los Bancos Centrales si se produce otra ralentización de la economía mundial. E insistió sobre la necesidad de más reformas estructurales y no confiarlo a unas medidas de estímulo económico que van incrementando los elevados niveles de endeudamiento público y privado.e) Trump no estuvo en Davos. Pero su posición se hizo oír a través de una intervención, vía videoconferencia, del secretario de Estado, Mikeo Pompeo, que defendió el nacionalismo y los liderazgos fuertes y se mostró crítico con los organismos multilaterales. La ausencia estadounidense dejó un mayor protagonismo de China, representada por el vicepresidente Wang Quishan. Este reafirmó la apuesta china por el multilateralismo. Y aunque reconoció algunas dificultades económicas a corto plazo, se mostró optimista sobre la evolución de la economía china, debido a su alto potencial de desarrollo. f) Shizo Abe sí participó. El conflicto comercial EEUU-China perjudica mucho a Japón, muy dependientes del comercio exterior con el vecino chino. La tercera economía mundial sufrió un déficit comercial en 2018. Shinzo Abe propuso una mayor cooperación internacional en el año en que Japón presidirá el G-20. Y en 2020 acogerá los Juegos Olímpicos en Tokiog) Angela Merkel pidió una reforma de las Instituciones Internacionales financieras (BM y FMI) y comerciales (OMC), que deben representar mejor los poderes emergentes. Y Merkel reafirmó su apuesta europeísta tras firmar con Macron un nuevo tratado de alianza que refuerza el eje franco-alemán. La UE debe seguir vigilante ante la marea proteccionista que perjudica a la región comercialmente más abierta del mundo. La zona euro creció un 1,8% en 2018 y podría hacerlo en torno al 1,5% en 2019. Dependerá mucho de cómo marche la economía alemana. Berlín ha rebajado su previsión de crecimiento para 2019 en solo un 1%. Y se teme un Brexit sin acuerdo que golpearía a la industria manufacturera alemana. h) Las economías europeas ya no podrán contar con las inyecciones de liquidez del BCE. Este alertó sobre la desaceleración económica aunque descartó que se avecine una nueva recesión. Pero, ante la persistencia de los riesgos políticos y económicos, es poco probable que el BCE suba el precio del dinero en septiembre, una decisión que podría demorarse hasta principios de 2020.