Con la sinceridad por delante

Como es conocido, no voy a ser el candidato del Partido Popular por Lleida al Congreso de los Diputados. Lo que no es tan conocido son las causas que me propongo aclarar. A mí me hubiera gustado intentar mantener el escaño conseguido en 2016, que como tantas veces he recordado ha tenido un valor doble porque se lo arrebatamos al PSOE, que se quedó sin representación por Lleida, única provincia en el Congreso sin escaño.

Me sentía con fuerzas, motivado y con ilusión. Mucha gente me animaba a ello. Manifesté a la dirección de mi partido a nivel provincial, regional y nacional, mi plena disponibilidad, y si se me permite la inmodestia, en beneficio de la sinceridad, tenía la convicción de que era el candidato con más posibilidades de conseguir el escaño, que ahora parece más difícil que nunca.

No tuve la oportunidad, no se me ofreció, de retirarme voluntariamente, al contrario, se daba por hecho hasta muy pocas horas antes de que se oficializara la decisión de que sería el candidato. Como otras veces, cuando el partido me ha pedido un paso atrás, lo he dado y me he dedicado a mi profesión de ingeniero agrónomo y a mis actividades privadas. No me he retirado de la política porque he seguido y seguiré expresando mis opiniones en artículos, debates y tertulias de las que no me echen.

Y lo he hecho desde la formación política que más se acerca a mis principios y valores y que mejor representa la compatibilidad plena entre el sentimiento catalán y el sentimiento español, y la que me ha permitido además la participación directa en la defensa del sector agrario y los intereses de Lleida, de los que algún ejemplo podría dar tras mi larga trayectoria política.

Cuando el partido después me ha pedido un paso adelante, el electorado de Lleida me ha permitido recuperar el escaño por tres veces. Sería una presunción excesiva atribuirme en exclusiva un mérito, que sin duda en primer lugar cabe atribuir al propio partido, que volvió a confiar en mi candidatura, pero es evidente que mi participación ha sido positiva. Ha sumado.

Después de 37 años de militancia, 8 legislaturas y después de recuperar tres veces el escaño perdido, sin ninguna explicación previa, todo lo contrario, hasta el último minuto se me hizo creer que era el candidato. No deja de sorprenderme ahora que desde algunas instancias del partido se intente “canonizar” mi trayectoria. Respecto al candidato que me ha sustituido, Dante Pérez, quiero aclarar que no me considero su “padre político”, como él dice.

He coincidido con él en tres o cuatro ocasiones cuando era alcalde socialista de Gimenells, y dejando aparte algunas coincidencias desde la discrepancia ideológica, me enteré de su incorporación en las últimas elecciones autonómicas como nº 2 a la lista del PP por Lleida por los medios de comunicación, a través de los que me he enterado también de su reciente afiliación al partido y de su candidatura ahora como nº 1 al Congreso.

Aprovecho la ocasión para dirigirme a todos los leridanos que me han distinguido con su confianza y que me han permitido defender los principios que compartimos y los intereses de Lleida. Lo he hecho muy a gusto. Nunca agradeceré bastante esa confianza, así como el respeto en general que me han dispensado los leridanos que votan otras opciones políticas.

A todos ellos quiero trasladarles mi opinión, que es mucho y bueno lo que tenemos, que se puede mejorar, pero que vale la pena conservar, y mi deseo de que el próximo Gobierno garantice la unidad de España y la defensa de la Ley, el Estado de Derecho y la Constitución que nos hemos dado.