SIN CONFIRMAR
Municipios pequeños, candidatos sin siglas
La división del voto de la derecha en España o el auge y consolidación de un partido a la izquierda del PSOE que ha engullido finalmente a IU en el Congreso dan muestras del fin del bipartidismo. En Catalunya, la misma dispersión del voto se ha convertido en el fin de la hegemonía de CiU y de su heredero, PDeCAT. A escala municipal, su pase a un segundo plano está por demostrar: en 2015 CiU mantuvo el apoyo en la mayoría de municipios de Lleida y en las autonómicas del 21-D, ya como JxCat, evitó el sorpasso de ERC. Más allá de esta pugna, queda por ver también si el incremento de listas generalizado (Tàrrega tiene 9 alcaldables, Vielha 7 o Cava, con 46 vecinos, 4, al menos una de las cuales sospechosa de fantasma) se traducirá en una mayor pluralidad en los plenos municipales. En 1979, los candidatos a la alcaldía en la mayoría de los pequeños municipios de Lleida eran independientes. Pero la consolidación del sistema de partidos acabó arrastrándolos hacia unas siglas. Luego se vieron pactos insólitos pero fructíferos en pequeños municipios donde prima la empatía personal por encima de la simpatía política. Actualmente, Lleida tiene una setentena de municipios con menos de 250 habitantes, lo que implica que los votantes eligen en base a listas abiertas. Una nueva oportunidad para optar al cargo al margen del corsé partidista 40 años después de la restauración de la democracia.