LIDERAZGO
Innovación emocional
Hoy en día, empezamos a hablar de la innovación emocional, que es los que nos diferenciara de la 4ª revolución industrial, de la inteligencia artificial.
En el mundo empresarial, cualquier toma de decisiones ya sea en el plano personal, o profesional y dentro de la misión y valores que tienen todas las empresas, las emociones juegan un papel preponderante en las organizaciones.
Se puede tener el mejor marketing y el mejor producto o servicio, toda la tecnología del mundo, los recursos de dinero infinitos, la llegada a todo el universo, sin embargo, si no se tiene la voluntad de cada empleado alineado con el espíritu creador e innovador, el camino será corto e irremediablemente escaso de proyección.
La toma de decisiones en todos los niveles de una empresa no se basa solo en los parámetros lógicos que eran dominantes hasta hace pocos años. Se sabe que, como la ley de Pareto, más del 80% de las decisiones en las empresas se mueven alrededor del universo emocional de los líderes, de sus equipos, y, en cascada, de todos los empleados.
La ausencia de decisiones es, en sí misma, una política empresarial, porque la “no decisión” es una elección, aunque no lo parezca. Así, las empresas que demoran en transformarse pierden valiosas oportunidades e, inevitablemente, estarán rezagadas en el mundo global del que forman parte.
Hay organizaciones en terapia intensiva, encabezadas por personas que se creen líderes, cuando son, en el mejor de los casos, meros jefes.
Hay empresas agonizantes, deseosas de una mano salvadora externa. Sin embargo, no han tomado consciencia aún de que el único salvataje posible proviene desde dentro de la organización. Como es habitual, lo externo parece siempre más atractivo que fomentar lo de dentro en muchas compañías, haciendo más caso a asesores o consultores externos y/o clientes, que a los propios empleados y todo el potencial que hay dentro de las organizaciones.
Ese talento se desperdicia y los empleados acaban por desmotivarse, frustrarse y alejados del alineamiento con la compañía, y no compartiendo ni la visión ni misión ni siquiera los valores de la empresa a la que dedican más tiempo que a sus propias familias.
Hay compañías en todo el mundo que están siendo transfundidas, como si eso fuese a resolver sus problemas. Si no se tratan los males que las aquejan de raíz, volverán a aparecer en corto tiempo.
Es sabido, y así lo indican las estadísticas frías, que la causa y la razón más poderosa por la que se va el talento de las empresas, es por sus jefes (no líderes), que coartan, y desmotivan las ideas innovadoras de sus empleados
Por increíble que parezca, el principal motor del cambio y combustible para la transformación que evite la muerte empresarial está arriba de todo, en cada integrante y empleado de esas organizaciones, que han perdido su Propósito, su misión y visión empresarial y que acortarán el ciclo de supervivencia de la empresa.