COLABORACIÓN
Empuja que entra
portavoz del grupo municipal de Cs Lleida
Es probable que hayan hecho, o ayudado a hacer, una mudanza alguna vez. Y seguramente también se habrán encontrado con que había que hacer pasar algún sofá o mueble por la puerta o por un ascensor y que no entraba de ningún modo. Y también es probable que, en un primer momento, hayan empujado un poco más, por si el problema era de fuerza y no de que realmente no se estaba encajando bien el sofá, o directamente no se habían hecho bien los cálculos de los obstáculos a salvar. Y el resultado también se lo habrán encontrado, ya sabrán cuál es. En la Paeria, ahora mismo estamos igual. Este tripartito de las sillas está empujando los problemas, pero estos no van a desaparecer. Porque, como el sofá que no pasa por la puerta, los están encarando mal. Hablemos de temporeros, donde ahora todo son medallas por la rapidez y buen trabajo realizado por este equipo de gobierno y la fabulosa Generalitat. Una Generalitat que no ha movido un dedo hasta que ha sido la gente de su color político la que ha levantado el teléfono (aunque de momento ha habido más postureo en la rueda de prensa que recursos aportados).
Esta campaña de la fruta irá como irá: seguiremos viendo personas durmiendo en la calle. Y hay que ser justos: aquí las culpas deben repartirse entre este gobierno tripartito y un PSC que no supo o no quiso prever el problema de esta campaña. Pero lo grave no es eso. Lo grave es que este gobierno de los sillones insiste en hacer un albergue permanente para estos trabajadores, cuando las asociaciones y sindicatos no lo piden. Lo que piden, y también pide Ciudadanos y así lo llevábamos en el programa electoral, son equipamientos desmontables coordinados por toda la provincia, con el fin de que presten el servicio allí donde más se necesite y por el tiempo que se necesite. Una iniciativa que tiene que ir coordinada con la Diputación de Lleida y que tiene que contar con la colaboración del resto de ayuntamientos y entidades agrarias, que ya se han manifestado dispuestas a participar y a sufragar parte de los costes. De la Generalitat mejor no esperar nada, porque ya han dicho que no hay partida presupuestaria para alojamiento de temporeros. Una iniciativa, y esto es lo importante, que ya está funcionando con éxito en otros sitios, como en la Comunidad de Madrid.
Sin embargo, aquí no. Aquí el equipo de gobierno ya tiene un plan que se remonta a años atrás, donde alguien pensó que, si teníamos personas en las calles, la mejor idea era crear un alojamiento permanente para dormir, asearse, etc. El problema es que la casuística de las personas que acuden a estos equipamientos es muy diversa. Por un lado, aquellos trabajadores temporeros que no disponen de alojamiento donde son contratados pero que perciben retribución para que lo busquen ellos. (Y que tienen dificultades de acceso a los alquileres de viviendas). Por otra parte, personas que no son temporeras y que su proceso de tratamiento e inserción social es muy distinto y por tanto no deberían estar en los mismos alojamientos que los trabajadores. Y por otra parte, aquellas personas que no pueden trabajar puesto que carecen de los permisos para hacerlo. Y con un albergue fijo en Lleida por supuesto que se producirá un efecto llamada que ya conocemos, porque se ha producido otras veces en los municipios de los alrededores. No existen soluciones sencillas a los problemas complejos. No se puede encajar por la fuerza a un Ayuntamiento una solución única, porque no va a funcionar. La solución pasa por una implicación decidida de todas las administraciones, empezando por la Unión Europea, que ha de resolver sus problemas fronterizos y de ahí para abajo, el resto.
Pero así es el gobierno de los quince asientos: Promete soluciones sencillas a problemas complejos. Empuja, que seguro que entra. Lo estamos viendo con la gestión de los temporeros. Lo veremos con Torre Salses y su parque de medianas superficies. Con la Empresa Municipal de Urbanismo. Con la internalización de los servicios públicos. Con la Guardia Urbana. Con todas las promesas electorales dónde daban solución sencilla y rápida a todo. ¿Recordamos al Sr. Pueyo con sus medidas realizables en cien días? En fin, ojalá nos equivoquemos. Aunque, por si acaso, en Ciudadanos seguiremos midiendo los marcos de las puertas y el sofá antes de empujar.