PERSONAS Y ORGANIZACIONES
El concepto de 'resiliencia'
Personalidad resiliente
La inquietud por conocer la personalidad, la nuestra y la de los demás. Es una constante que se ha dado y dará en todos los seres humanos una generación tras otra. Desde los antiguos griegos, que clasificaban a las personas en Flemático, Melancólico, Colérico y Sanguíneo, hasta nuestros días, en la que la clasificación más universal es la de los cinco grandes factores o Big Five: Extraversión, Estabilidad emocional, Apertura, Afabilidad y Responsabilidad. Es tal el interés que despierta el tema que todos nos preguntamos: ¿Cómo somos?, ¿Cómo son?, ¿Cómo nos ven los demás? Nuestros deseos de conocer las respuestas vienen provocados porque nuestra forma de ser influye en nuestro éxito académico o profesional, en nuestro estado de salud y hasta en nuestra longevidad.
La resiliencia
Es un concepto que la psicología ha tomado prestado de la Ingeniería de Materiales, la que estudia de qué están hechos los productos que usamos a diario. Se refiere a la capacidad de estos para soportar esfuerzos de deformación y volver a recuperar su estado inicial. En psicología, la Dra. Emmy Werner utilizó el término en inglés resilience para definir la resistencia ante la adversidad cuando esta venía acompañada de una capacidad de adaptación o elasticidad. Para ser resiliente no basta con ser fuerte, duro y resistente ante los acontecimientos. La ecuación de la Resiliencia solo es posible igualarla si a la Resistencia le sumamos la variable Flexibilidad.
¿Cómo fortalecer la resiliencia?
A la hora de continuar trabajando en pro de aquellos aspectos que fortalezcan nuestra resiliencia, hay algunos que son clave, la confianza hacia los demás sean hijos, colaboradores o amigos. Hacerlo incrementa su autoestima y autonomía frente a nuevas dificultades. Evitar la crítica en el momento del conflicto permitirá construir personalidades más orientadas al éxito que al fracaso. Según indica Guillem Feixas y Vilaplana en su libro Significados Personales y Sentido de Identidad, la extraversión es otro rasgo capaz de fortalecer la resiliencia. El grado de apertura hacia a los demás es la mejor fuente de riqueza socioemocional capaz de superar el dolor al que a veces somos sometidos.
Nunca es tarde para tener una infancia feliz
El psiquiatra finlandés Ben Furman realizó un estudio sobre algunos adultos que habían sufrido maltrato en la infancia y sacó algunas conclusiones sobre los aspectos que les permitieron resistir y adaptarse a una nueva vida. Publicaron el estudio en el 2013 y según Guillem Feixas y Vilaplana, es un verdadero catálogo al servicio de las personas para mejorar su resiliencia. La primera conclusión que se extrae es que nunca es tarde para poner remedio y superar los problemas que proceden del pasado. Ante la fuerza desoladora de los incendios, del maltrato o de la soledad. Las personas contamos con una fuerza recuperadora –la resiliencia– que, si bien no puede impedir el sufrimiento, sí que nos fortalece y proporciona fuerza para seguir luchando en búsqueda del éxito y de la felicidad.