PERSONAS Y ORGANIZACIONES
España, fuera del pódium de la felicidad
A principios de este mes de septiembre el Ipsos Global Advisor on Global Happiness dio a conocer su clasificación sobre el grado de felicidad de los ciudadanos de distintos países. El pódium mundial lo compartieron australianos y canadienses. En este campeonato en el que aparecen inscritos 28 países, España no es que haya quedado fuera del pódium, ¡ha quedado en última posición entre las naciones europeas! En otros estudios como el elaborado por el (World Happiness Report 2019) vinculado a la ONU y que incluye 156 países, Finlandia se lleva el oro como el país más feliz del mundo, aquí España ocupa una discreta posición en el puesto número treinta. En cualquier Organización, empresarial o social, en la que sus miembros manifestaran tal grado de satisfacción sería un indicador suficiente para que sus líderes, en este caso políticos, respondieran a la ciudadanía indicando qué piensan hacer para mejorar aquellas variables como: libertad, apoyo social, confianza, etc. Que están en el origen de la insatisfacción del país que ellos dirigen y que poco o nada tiene que ver con sus enfrentamientos particulares y permanentes.
Variables en la ecuación de la felicidad
Richard Davidsor, profesor de Psicología y Psiquiatría en la Universidad de Wisconsin, experto en neurociencia afectiva y considerado por la revista Time como una de las personas más influyentes del mundo, nos indica que entre los factores psicológicos que provocan la felicidad están las emociones positivas como la ternura, la compasión y la práctica de la meditación. En una entrevista publicada en la contra de La Vanguardia, el investigador explicaba que experimentalmente es posible comprobar los beneficios que se derivan de la meditación “llevamos a varios meditadores al laboratorio y vemos como después de la meditación aquellas zonas que aparecían inicialmente inflamadas, les bajaba abruptamente la inflamación”. A la pregunta de los periodistas de si las citadas variables capaces de provocar la felicidad son innatas o se pueden cultivar, el investigador indica que cuanto más se ponen en práctica dichas emociones más aumentará nuestro bienestar.
Bienestar psicológico vs felicidad
En psicología preferimos utilizar el concepto de bienestar psicológico para referirnos al estado en el que se encuentra una persona. Fue a finales de los años 90 cuando el psicólogo Martín Seligman impulsó la psicología positiva al poner el foco en los aspectos que provocan el bienestar y el crecimiento de las personas. La alegría, la confianza, el optimismo y la serenidad son algunas de las piedras angulares sobre las que se puede construir una sociedad más feliz. Si nuestros líderes quieren ser los arquitectos de una sociedad feliz deberán abandonar su confrontación cargada de hostilidad y construir una sociedad más sólida, basada en la cooperación y la solidaridad capaz de cambiar las actuales estadísticas sobre la felicidad.