El coronavirus, el mayor experimento mundial de teletrabajo

Una de las consecuencias no sanitarias del coronavirus, después de su aparición en la superpoblada ciudad de Wuhan, que con más de 10 millones de habitantes está situada en la provincia china de Hubei, es la de condenar a millones de personas en todo el país al confinamiento en sus hogares, aislándoles del entorno laboral, paralizando las empresas del propio país y rompiendo, en parte, con la cadena de suministro de otros gigantes empresariales repartidos por el resto del mundo, como Tesla, General Motors, Volkswagen o Nissan. Fruto del coronavirus, son muchas las empresas chinas como Alibaba, con más de cien mil empleados, que está proponiendo a sus trabajadores que procedan a trabajar desde casa, poniéndose en marcha en ese país el mayor experimento mundial en el ámbito laboral, el teletrabajo. Una especie de migración desde el desierto laboral que son las fábricas chinas actuales, sumidas en el desierto de Kalahari, hacia un teórico Serengueti laboral. Una solución pensada para situaciones excepcionales y que ahora puede ser masiva e implantada en tiempo récord.

La brecha digital

Son muchas las brechas abiertas en la sociedad actual, la mayoría provocadas por la desigualdad económica o de género y, por si fueran pocas, ahora aparece la digital. Afirma Hilbert Meyer, experto en temas de educación, que sólo el 50% de la población tiene competencias digitales. Estamos pues ante la creciente y masiva entrada de la tecnología en la mayor parte de los trabajos y el riesgo de que el 50% de la población sea analfabeta digital. Hay estudios de la UGT que señalan que la citada brecha digital es sistémica y que entorno al 50% de los trabajadores tienen dificultades informáticas. Algunas encuestas señalan que, en España, sólo el 12% de los trabajadores realizan en algún momento el teletrabajo.

La formación del futuro

Señalan los expertos que seguimos formando a los jóvenes para carreras profesionales que están a punto de desaparecer o que estarán obsoletas cuando nuestros adolescentes se incorporen al mundo laboral. Siendo cierto que es importante formar en el ámbito de las nuevas tecnologías y que cada vez más los profesionales estarán hiperconectados a la inteligencia artificial, no lo es menos que sólo podremos avanzar como sociedad si no luchamos por la igualdad de oportunidades, el cultivo de aquellas competencias que tienen que ver con el desarrollo de las personas, de la satisfacción profesional, del aumento de la autoestima y de la búsqueda de la felicidad personal y sociolaboral. Verdaderos pilares básicos de una sociedad más sana por cuyas arterias circulen personas más y más solidarias.