LIDERAZGO
7 factores de éxito
La revista Fortune, realiza anualmente desde 1997 un estudio a empresas de éxito de todo el mundo y elabora un ranking con las 50 empresas más admiradas del mundo. El estudio se realiza a partir del análisis de siete factores que determinan sus posiciones. Apple, Toyota, Berkshire Hathaway, Google o Starbucks son algunas de las organizaciones que han encabezado el ranking los últimos años. Tres de estos factores tienen una relación directa con el liderazgo y de cómo se ejerce con las personas que forman la organización. Compañías como Apple, con una facturación de 900.000 millones de dólares, son un claro ejemplo de ello. El resumen de los resultados de los factores es el siguiente:
El éxito a través de las personas. Los líderes de estas organizaciones dedican el 30% de su tiempo a desarrollar talento y entrenar al personal. Estas compañías son más proclives a implementar estrategias y métricas relacionadas con el cuidado del capital humano. Suelen tener planes de sucesión bien definidos y contratan el CEO desde dentro de la organización. Fuerte cultura organizacional. La cultura organizacional representa la forma en que se hacen las cosas y los valores que guían la conducta de los miembros de la empresa. Los líderes suelen compartir la visión sobre la cultura actual y la del futuro. Sus valores más comunes son la iniciativa individual, el trabajo en equipo, la innovación y la lealtad. Profundo compromiso del empleado. Persiguen el entusiasmo por el trabajo y que estén alineados con el éxito de la organización. La clave es asegurar que las oportunidades de ascenso y crecimiento personal estén claramente definidas y accesibles a todos, sin depender del contexto económico. Estrategias que se ejecutan. La mayoría de empresas dedican atención y tiempo a la planificación estratégica. Pero lo que distingue a éstas es que implementan esos planes con éxito. Los objetivos estratégicos están claros en todos los niveles y los indicadores están alineados con la estrategia. Son poco tolerantes con ejecutivos que se desvían de los objetivos estratégicos para alcanzar resultados. Innovación gestionada. Estas compañías sobresalen en la gestión ágil de la innovación, asegurándose que las mejores ideas llegan al mercado. El proceso comienza en los puestos más altos, con los líderes que contagian una cultura proclive a la innovación. Los directivos promueven la iniciativa de los empleados y el funcionamiento cruzado de trabajo en equipo para que las mejores prácticas se difundan en toda la organización. Éstas empresas se reinventan constantemente. Tratan problemas potenciales antes de que ocurran y, en lugar de explorar nuevas tareas, suelen innovar en terrenos donde ya son fuertes. Balance entre lo global y lo local. Son buenas a la hora de integrar sus operaciones globalmente para explotar economías de escala. Proveen a las unidades de negocio locales la suficiente flexibilidad para responder a las necesidades del mercado. También utilizan efectivamente la gestión del conocimiento. Desarrollan nuevos enfoques en una oficina central para luego trasladarlos a todas sus delegaciones. Son capaces de aprovechar innovaciones locales e introducirlas en la organización a nivel global. Se adaptan para operar globalmente, facilitando incentivos para que los directores locales estén preparados para sacrificar prioridades domésticas en beneficio del conjunto de la organización. En conclusión, si tuviéramos que resumir el enfoque del éxito, diríamos que se trata de fomentar una cultura de innovación permanente y ser consecuentes con ella.