¿En qué focalizo mi energía en estos días del confinamiento del Covid-19?

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stos días estoy aprendiendo muchísimas cosas gracias a mi actitud ante lo que podríamos llamar resiliencia, que para mí, son siempre lecciones de la vida que incorporo en mi ADN de emprendedor, como una oportunidad. En la catarsis y el cambio está en la mejora, decimos la gente que nos apasiona la excelencia empresarial.

Y en qué me estoy enfocando en estos días, dicen, de cuarentena? Pues os lo voy a explicar:

–De entrada, no me quejo ni pierdo un gramo de mi energía vital en quejas estériles como el pago de la cuota de autónomos de marzo. Nunca he contado con ninguna ayuda externa que no saliera de mí, excepto por mis padres, mis tutores y mentores que me han dado los más valioso que tiene un ser humano: la educación y la capacidad de pensar por uno mismo.

–Autoformación en mi plan estratégico y DAFO y canvas personal, que hago cada 5 años.

–Formación online en temas relacionados con el liderazgo en la gestión, como mi hoja de ruta de futuro.

–Reinventando mi plan estratégico para la etapa post-Covid-19.

–Me apoyo y mantengo la comunicación con aquellos que son mis clientes, entre los que esta situación es una mejora y un crecimiento de sus negocios.

–Conecto y sigo trabajando con aquellos clientes cuyo impacto está siendo leve o mínimo.

–Fortaleciendo las relaciones con mis clientes que más han notado el Covid-19, con el ánimo y el convencimiento de una buena planificación estratégica para que vuelvan con más fuerza y yo crecer en ellos.

–Solidarizándome con el gremio de sanitarios, personal de farmacia, transportistas, personal en cajeros de centros de alimentación, agricultores, fuerzas de seguridad, bomberos y servicios esenciales de agua, energía y telecomunicaciones.

–Disfrutando del “cautiverio” en mi hogar con mi familia para leer más y hacer todo aquello que esta vida ajetreada nos impide realizar.

–Tomar mayor consciencia del yo y el autoconocimiento como herramienta de coaching, y mentoring hacia mis clientes.

–Dedicar más tiempo al pensamiento estratégico y no a la acción, que tanto me gusta, al tener los talentos de la acción en mi ADN. Dicho pensamiento estratégico asegurará mi futuro en mayor medida al focalizarme en mi visión a largo plazo.

En fin, que aburrido no estoy, y creo que este ejercicio, salvando la crisis sanitaria y económica que nos rodea a todos, sería un ejercicio que el ser humano debería hacer de forma periódica, para replantarse muchas cosas de las que no somos conscientes al 100% en esta vertiginosa carrera de la vida que hemos escogido en el siglo XXI.