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PERSONAS Y ORGANIZACIONES

'Vacas, cerdos, guerras y brujas'

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Es el título de uno de los libros del maestro de la antropología cultural, Marvin Harris. En él nos descubre qué hay detrás de las costumbres de cada cultura –por qué los hindúes adoran a las vacas o los judíos tienen prohibido comer carne de cerdo–. Conductas que, analizadas desde nuestra óptica, pueden parecer irracionales y que, bajo su perspectiva cultural, incluso la material, pueden entenderse perfectamente.

Por mi parte, sin que la propuesta que os voy a hacer tenga una pretensión científica y sí un componente de divulgación o de entretenimiento, os propongo que clasifiquéis a nuestros líderes actuales –políticos, de la información, de la cultura o del sector que consideréis– en base a su comportamiento.

El cuestionario DISC

Es una de las herramientas más utilizadas por las grandes empresas en el ámbito de la evaluación de la personalidad, su versión DISC Extended está basada en los trabajos de Carl Gustav Jung y William M. Marston. Según ellos, el comportamiento de las personas lo podemos clasificar en cuatro estilos: dominante, influyente, estable (del inglés Stability) y concienzudo. Así es como se construye el nombre del cuestionario DISC, con la inicial de cada uno de los nombres de cada estilo.

Criterios para evaluar a nuestros líderes

A la hora de clasificar sus comportamientos dentro de los citados estilos (D,I,S y C) en cada evaluado podemos distinguir dos tipos de comportamiento: uno natural y otro adaptado.

El primero es intrínseco y es el que el individuo muestra de forma natural, con el que se siente más cómodo y confortable. El segundo es el adaptado o extrínseco, el que nos muestran en su comportamiento externo, el que empleamos para adaptarnos conscientemente a una nueva situación. Lo ideal, tanto para el propio individuo como para los que lo “sufren”, es que ambos comportamientos coincidan y, si se produce ese “milagro”, estamos hablando de comportamientos auténticos y sin dobleces.

Etiqueta final

Aunque en el momento de la evaluación deberíamos formularles una batería de preguntas y después clasificarlos en base a sus respuestas –al no tener esa posibilidad– os pido que en base a los estilos (D,I,S y C) y a su conducta pública, procedáis a clasificar su comportamiento.

El que venían demostrando hasta ahora lo consideraremos su estilo natural, el que muestran en esta situación excepcional será el adaptado. Os facilitamos algunos de los rasgos de cada estilo para que os ayuden a etiquetar a cada líder.

Los D son agresivos y egocéntricos, los I son sociables y abiertos, los S son pacientes y modestos, los C son planificadores y conservadores.

En la evaluación científica de la personalidad no se dan estilos puros y sí combinaciones entre ellos, con la prevalencia de uno sobre los demás.

A partir de ahora, además de clasificar a nuestros líderes con etiquetas que puedan tener que ver más con el insulto, la descalificación o la admiración, contamos también con un criterio más racional y “científico” que, tal y como nos sugería el gran maestro, evite una evaluación irracional, aunque desconozco si no será precisamente la introducción de un método racional lo que nos lleve a etiquetar su conducta como irracional.

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