COLABORACIÓN
Gracias, Keita
Portavoz de CS en la Paeria
El otro día tuve ocasión de ver una entrevista a Keita Baldé, el jugador del Mónaco que ha proporcionado comida, ropa y alojamiento a 80 personas que vinieron con la intención de trabajar recolectando fruta este verano y que se encontraban en una situación de completa indefensión en las calles de Lleida. Esa indefensión, entre otros factores, proviene del hecho de que la mayoría no dispone de la documentación necesaria para poder ser contratada. Y este tema, como la irresponsabilidad de los llamamientos que se han hecho prometiendo trabajo y papeles dan para otro artículo. Pero hoy querría compartir con ustedes unas reflexiones de esa entrevista.
La primera es la humildad de este jugador. En la entrevista admite que la situación de estas personas es muy compleja y difícil de resolver. No aspira a resolverla por sí solo, sino a echar una mano, a hacer lo posible para hacer más fácil la vida de estos señores. Del mismo modo, tampoco ha concedido muchas entrevistas, sino que ha querido mantenerse en un segundo plano para evitar cualquier polémica. De hecho sus declaraciones son impecables en ese aspecto: no hay ni un solo mensaje en negativo, sino una voluntad plena de aportar su granito de arena para ayudar a resolver un problema. Todo lo contrario que algunos de sus interlocutores en Lleida, que han aprovechado su protagonismo sobrevenido para hacerse un nombre a base de crear conflictos con varios colectivos profesionales de la ciudad. El señor Baldé, no. Según sus propias palabras, es “solo un jugador de fútbol que quiere hacer su trabajo”. Es uno más, como usted o como yo, que hace lo posible para que este mundo sea un poquito mejor. Bravo y gracias. Muchas gracias.
La segunda reflexión es que esta comida, esta ropa y este alojamiento se ha llevado a cabo gracias a la colaboración público-privada. Hay ciertas ocasiones en que la administración, por las razones que sean, no llega a cubrir una necesidad social. En estos casos, si alguien quiere ayudar a su entorno, deben ponerse todas las facilidades para que pueda hacerlo. Es una figura completamente normalizada en países como el Reino Unido, Francia o Alemania, que aquí todavía nos sorprende y que puede llegar a generar polémica cuando no la hay. Fue el caso de Amancio Ortega, que donó 440 equipos de detección y tratamiento de cáncer, y ha ocurrido también aquí. En un momento como el actual, en el que nuestro ayuntamiento tiene tantos frentes abiertos, es esencial ser lo suficientemente flexible para llegar a acuerdos como este. Desafortunadamente, y por lo que se desprende del testimonio del Sr. Baldé, la interlocución con la Paeria no ha sido todo lo óptima que cabría esperar y se ha retrasado el acuerdo en varios días. Días que estas personas han pasado a la intemperie con lluvia, frío y sol.
Por último, me gustaría resaltar que ha tenido que ser, precisamente, una persona privada la que ha solventado –al menos momentáneamente– un problema que es público, notorio y periódico. Este acto del Sr. Baldé demuestra hasta qué punto el tripartito de la publicidad ha claudicado en la resolución de los problemas reales de nuestra ciudad. Que sea el señor Baldé, junto con otras asociaciones como Cáritas o Arrels, las que se encarguen del desafío que supone la recepción de personas que vienen a trabajar en la recogida de la fruta mientras nuestro Ayuntamiento se dedica a pintar bancos, a escribir mensajes en positivo en los pasos de cebra o a seguir cortando calles a capricho demuestra cuáles son las prioridades de este gobierno de las sillas. Y lo alejados que están de la realidad.
Gracias, Keita. Y gracias también a Arrels, a Cáritas, a Cruz Roja, a los hoteles Reina Isabel e Ibis, a la Federación de Hostelería de Lleida, a las asociaciones agrarias, a los sindicatos y a los voluntarios. Gracias por todo.