COLABORACIÓN
Estudio de casos: Lleida, la pandemia y el confinamiento
Ingeniero agrónomo I Rector de la Universidad de lleida (1993-2003)
El verano de 1969, un año después de la Primavera de Praga, obtuve una beca IAESTE de estudiantes de ingeniería para realizar una estancia de dos meses en la Estación Federal de Ensayos Agrícolas en Reinkenhold (Suiza). Al llegar, la Estación se había ocupado para poder proporcionar alojamiento a cada uno de los estudiantes que, procedentes de distintos países, coincidíamos en aquella interesante estancia de trabajo, que nos ayudó a ver mundo y a airear nuestras mentalidades. Años más tarde, en 1971, obtuve una beca del Gobierno Francés para realizar estudios de postgrado en la Universidad de Nancy (Francia). También en este caso, la Universidad se ocupaba del alojamiento de los estudiantes extranjeros que recibía cada año. En cierta ocasión, la policía me pidió que me personase en sus dependencias. Muchas personas (inmigrantes) ocupaban los pasillos y esperaban. Al identificarme como becario del Gobierno francés, la policía me abrió paso entre la multitud y fui atendido con amabilidad y celeridad.
En mis años de actividad profesional como ingeniero agrónomo, uno de los trabajos que he tenido ocasión de hacer, allá por los años 80, fue un estudio de suelos, para realizar una plantación de viñedo implementando medidas para la conservación del suelo y el agua, cosa que ahora denominamos criterios de sostenibilidad, preocupación por la protección del suelo que, lentamente, se está abriendo paso entre nosotros. Pero, el caso que quiero traer aquí es que, al tiempo que se construían terrazas para controlar el agua de escorrentía superficial y se iban plantando las viñas, la empresa (francesa) hacía construir unos pabellones con camas, duchas y aseos (no era un hotel con estrellas) para proporcionar un alojamiento a cada uno de los estudiantes, me equivoco, para cada uno de los temporeros, me gustaría más poderles denominar personal para la recolección de la uva que, procedentes de otras partes, acuden a colaborar con el negocio (retorno económico) de la empresa. Quizás en Lleida, las escuelas, educando los/las que suben en sensibilidad social; los propietarios de plantaciones de frutales (que se excluyan los que cumplen) asumiendo sus responsabilidades de alojamiento (tratamiento) para los que vienen cada año a colaborar con ellos recogiendo la fruta; los ayuntamientos locales, mostrando mayor sensibilidad social regulando, y quien quiera que se dé por aludido, podrían poner al país al nivel de la Estación Reinkenhold de 1969, de la Universidad de Nancy (Francia) de 1971 o de una empresa en Masquefa (Catalunya) en 1980 en el tratamiento de las personas, aunque solo se trate de emigrantes, actuando en consecuencia en su momento.